jueves, 11 de febrero de 2016

La Graellsia Isabelae



La Graellsia Isabelae (Actias Isabellae o Mariposa Isabelina) es una especie endémica de España cuyos vistosos colores le han valido para coronarse como "mariposa del año 2016" según la Asociación Zerynthia, razón más que suficiente para que le dediquemos esta entrada.

Fue descubierta por Mariano de la Paz Graells en 1848 quien la bautizó en honor a Isabel II bajo el nombre de Saturnia Isabelae, no obstante las diferencias taxonómicas con el resto de las Saturniidae provocaron su cambio de nombre que ahora referencia a su descrubridor.

Graellsia Isabelae, foto de la asociación ACUDE
En la península la encontramos en los diferentes sistemas montañosos siendo las más abundantes las poblaciones de los Pirineos Catalán, Aragonés y Navarro. En Francia se encuentran de manera aislada (Montañas del Jura, Alpes Occidentales y el Macizo Central) y se presupone que fueron introducidas por el hombre. Alcanzan una cota de altitud de 2.000 m.

De gran belleza, en ella predominan los colores verdosos con ocelos en las cuatro alas que son surcadas por "venas" de color rojizo. Todo esto hace que la Mariposa Isabelina nos recuerde a una brillante vidriera. 

Macho de la Graellsia Isabelae, fotó de Joan Roca
En las alas posteriores se aprecian unas colas que son más largas y evidentes en los machos. 

Son mariposas de actividad nocturna, especialmente en los meses de mayo a junio, se ven atraídas por la contaminación lumínica y tienen una generación al año.  

Están recogidas como "de interés especial" en el catálogo nacional de especies amenazadas.

Detalle de las alas de una hembra de Graellsia Isabelina, de Carles Poveda

Las hembras, como en otras especies de lepidópteros, desprenden una sustancia sexualmente atractiva para los machos, lo que facilita ser localizadas por estos. 

Tras la cópula, el macho no tardará en morir mientras que las hembra vivirá unos días y pondrá de 60 a 200 huevos, de uno en uno o de dos en dos, en las acículas de los pinos que servirán de alimento a las orugas. 

Estos huevos, abombados por encima y planos por debajo, son marrones y adquieren una tonalidad verdosa al ser mirados al contraluz. Eclosionarán a los 22 o 24 días. 

Las orugas se desarrollan durante los meses de verano y cambian de color tras las cuatro mudas por las que pasan; nacen de color negro y se aclaran pasando por colores pardo-grisaceos para acabar siendo verdes con puntos blancos. Están provistas de pelos largos. 


Oruga de Mariposa Isabelina en la última muda. 
Se alimentan de las acículas de los pinos silvestres, laricios y uncinata. Llegan a medir de 6 a 8 cms de largo. 

Durante esta fase de oruga se ven comúnmente amenazadas por las fumigaciones sobre pinos que se dan para controlar las plagas de procesionaria. 

A los 25-39 días descienden de los pinos hasta la hojarasca y el musgo para convertirse en crisálidas. Los capullos (de seda blanquecina que se oscurece parda con la humedad) se realizan en 24 horas y protegen a la oruga, que pasada la semana se convertirá en crisálida, permaneciendo así todo el invierno. 


Macho de Graellsia Isabelae, de la Asociación AXENA
En la primavera (mayo principalmente) emergen los adultos, saliendo con facilidad por del capullo, el imago se encarama en algún tronco o piedra donde permanecerá hasta estirar las alas por completo. Es una mariposa grande, de 7,5 a 15 cms de envergadura alar, incluso mayor. 




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