La comadreja o paniquesa (Mustela nivalis para los repulsivines) es el carnívoro
más pequeño que existe, a veces se la confunde con el armiño (Mustela erminea)
pero se distingue en que la comadreja es de menor tamaño, tiene las orejas más
pequeñas que no sobresalen en su cabeza y el armiño tiene la punta de la cola
de color negro.
Si al armiño sólo lo encontramos en el tercio norte de la
península a la comadreja o paniquesa la veremos en todo el territorio.
De pelaje marrón claro en su dorso y blanco en la región
ventral ambos colores se distinguen claramente, hallándose separados por una
línea recta o sinuosa, dependiendo de su variedad. En las variedades del norte y este de Europa y Norteamérica
la comadreja cambia el color de su manto en invierno.
Los pies pueden ser blancos o del mismo color que el dorso y en la cara a veces presentan unas manchas yugulares.
Durante las estaciones mudan cambiando ligeramente el color
y la largura del pelaje, el primer cambio ocurre a comienzos de primavera, en
abril o mayo cuando se oscurece y el segundo en octubre o noviembre cuando se
clarea primero la zona ventral y después la espalda, aumentando la longitud del
pelo cinco o seis milímetros para adaptarse al frío invierno.
El cuerpo es alargado, de 18 a 25 cms en machos y de
16 a 19 en hembras. El cuello largo, la cabeza estrecha y las orejas pequeñas.
Sus patas y cola, en proporción con el cuerpo son cortas (la cola raramente
alcanza el 30% de la longitud del cuerpo, de 4 a 9 cms, siendo aún más corta en
las especies norteamericanas).
Como hemos visto, en cuanto a tamaño presentan
dismorfismo sexual y los machos son bastante más grandes que las hembras. El
pequeño tamaño de las hembras les permite recorrer las galerías de sus presas
para cazar durante la cría y alimentar así a la camada.
Presente en muy diversos hábitats, siempre y cuando haya
micromamíferos, pequeños pájaros y cobertura vegetal que pueda usar de refugio.
La encontramos desde nivel del mar hasta los 2.500 metros de altitud entre los
muros de piedra, setos de vegetación, acumulaciones de leña, prados, cultivos,
bosquecillos y cercanías de casas rurales pero evitan los bosques cerrados y el
matorral denso.
Está especializada en capturar micromamíferos, (incluidos
mis ratoncitos de campo) a los que mata con un mordisco limpio en la nuca que
llega hasta la base del cráneo. Esta habilidad es innata y mata respondiendo a
los movimientos de las presas aunque se halle saciada, matando continuamente,
si tiene ocasión, hasta quedar exhausta, esta actitud dio origen a la expresión
inglesa “surplus killing”.
Comadreja desatando su instinto asesino, foto de Les Willis |
Si escasean los micromamíferos depredan crías de conejos,
aves y huevos, y ocasionalmente incluye en su dieta insectos, lagartos,
anfibios, lombrices… a falta de caza puede volverse carroñera.
La comadreja es de hábitos solitarios, formando parejas sólo en la época
de celo (entre febrero y septiembre, periodo en el cual la hembra pasará por
tres estros). Mientras que las hembras mantienen bien definidos sus
territorios, los machos son capaces de recorrer grandes distancias buscando a
una hembra receptiva.
Durante la época de celo, machos y hembras pueden copular
con distintos individuos. La ovulación es inducida (es decir, la hembra ovula a
raíz del coito).
La gestación dura entre 34 y 37 días con una prolificidad de
6,4. El número de crías varia de 4 a 8 dependiendo de la disponibilidad de
alimento. El primer parto se produce entre abril y mayo.
Las madrigueras son varias y no son permanentes; utiliza las
excavadas por otros roedores y pequeños mamíferos, troncos de árboles viejos o
caídos, muros de piedra, rocas apiladas, huecos entre las raíces… usan los
pelos de los ratones para tapizar la madriguera para hacerla más cálida y
cómoda. La típica madriguera consta de un túnel, de uno a tres metros de
longitud y dos entradas o salidas sobre la superficie.
Las crías nacen sin pelo, sin dientes, con las orejas
plegadas y los ojos cerrados. Se amamantan hasta los 42-56 días y empezarán a
matar sus propias presas a las 8 semanas de edad. En su juventud, las pequeñas
comadrejas pasaran mucho tiempo jugando y luchando entre sí para medirse las
fuerzas.
Entre las 9 y 12 semanas se independizarán, ya habiendo
alcanzado el tamaño adulto, las crías que nacen en verano y otoño crecen más
despacio y no alcanzan la madurez sexual hasta la primavera siguiente (las
nacidas en la primera camada son fértiles a los 3 meses de edad).
Cuando hay poca disponibilidad de alimento, las comadrejas no crían o se producen más embarazos interrumpidos.
Las proporciones de hembras y machos es de 1:1, pero en
muestras de trampeo (las usadas para hacer censos de población) los machos son
más abundantes debido al mayor tamaño de su territorio.
Tienen una esperanza de vida corta, algo menos de un año
desde que se independizan, sólo uno de cada cien sobrevive más de dos años y
algunos individuos excepcionales llegan a tres. En cautividad las comadrejas
alcanzan los 7 años de edad y las más longevas llegan a la década.
Legalmente en España se haya en una especie de limbo legal,
ya que no se considera especie protegida pero tampoco cinegética, de manera que
según la ley no se la puede matar.
Sus mayores amenazas son la exposición a raticidas, la
destrucción de su hábitat y la aparición del visón americano.
Las comadrejas forman parte de la dieta del zorro, de los
gatos domésticos y monteses, de otros mustélidos de mayor tamaño como visones o
garduñas, de la lechuza común y la víbora hocicuda entre otros.
Marcan el territorio con heces y orina para dar información
olfativa, visual y del estado sexual del individuo. Hembras y machos defienden
su territorio de otros individuos de su mismo sexo
Paniquesa posando para la foto |
En sus huellas se distinguen los cinco dedos y miden 1,3x1
cm las de las patas anteriores y 1,5x1 las posteriores, el rastro difiere según
el ritmo que haya llevado el ejemplar, cambiando si caminan, saltan o corren.
Las cuatro huellas de las patas las podremos ver separadas por 20 o 30 cms. En
los excrementos encontraremos restos de huesos, pelos y plumas de sus presas.
Estudiando su rastro fósil sabemos que la comadreja o
paniquesa es originaria de Eurasia y de allí se extendió a Siberia cruzando el
estrecho de Bering durante el Pleistoceno Superior.
Hay dudas de si en la península ibérica hay dos subespecies:
la Mustela nivalis vulgaris en el norte, que presenta una mancha marrón en la
región yugular y la Mustela nivalis ibérica al sur, de pies blancos y sin
mancha en la yugular. Ante tales dudas se ha establecido que ambas son Mustela
Nivalis Boccamela.
Censar la población es bastante complicado, porque en una
misma zona, dependiendo de la abundancia o escasez de comida pueden darse
periodos que rozan su extinción y periodos de intensa recolonización, en los
estudios se considera que su densidad media es de 2 a 10 individuos por
kilómetro cuadrado.
La comadreja y el armiño conviven en el mismo territorio si
hay abundantes presas, en lugares donde no hay comadrejas los armiños son más
pequeños.
Este armiño acaba de cazar un conejo |
De haber escasez de presas el tamaño de estas determinará cuál
de las dos especies prospera: La comadreja caza presas más pequeñas bajo las
galerías mientras que el armiño sale vencedor en una competición directa con
presas de mayor tamaño, además tienen horarios de caza diferentes, mientras que
la comadreja o paniquesa lo hace durante el día, el armiño caza durante el
crepúsculo y la noche.
Las comadrejas son más activas de día que de noche y en
primavera las hembras descansan para ahorrar energías durante la gestación.
No hibernan pero dicen que durante el invierno baja su actividad.
La Mustela Nivalis se consiguió hibridar artificialmente con el turón, dando
lugar a la Mustela putorius furo.
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