Previusly on Nestor Zubeldia Tratado de Apologética escrito en Abaurrea Alta (documento inédito recuperado) Son eternos, con eternidad negativa, mas no con eternidad positiva. Prescinden del hecho de la actual existencia y de toda duración; no hay tiempo en el que no puedan existir realizarse; pero Dios no puede no existir. Y hay diferencia y distancia infinita, entre poder existir, y no como universales, y no poder no existir como tales.
LECCIÓN
64ª
DE LOS JUICIOS DE
EVIDENCIA INMEDIATA, Y, EN ESPECIAL, DE LOS AXIOMAS
LOS JUICIOS DE VIDENCIA INMEDIATA.- Vimos en lecciones de
este Tratado, que se dan verdades por si
evidentes, principio de las demostraciones. Si todos los juicios fuesen conclusiones, deducidas de premisas y
nada fuese evidente por sí mismo, no
habría evidencia, ni certeza de nada. Recuérdese el ejemplo de los espejos: la
luz
TRATADO PRIMERO, PARTE SEGUNDA. APOLOGÉTICA. P 409
reflejada de uno a otro, es recibida, si todo fuese
recibido y nada diese sin recibir, si no hubiese un foco que emita su luz al primer espejo, todos quedarían a oscuras;
las conclusiones son espejos que irradian a otras conclusiones, la luz recibida
de las verdades de inmediata evidencia, que son los focos. Y es que, aunque en uno y mismo sujeto que recibe y da, sea
antes el recibir y después el dar; mas absolutamente
hablando, es antes dar que recibir, porque no se recibe sino lo que ha sido
dado y puede darse lo que no ha sido antes recibido, lo que se tiene por si.
Luego no es posible que haya una serie indefinida de juicios deducidos, si no hay algunos no deducidos.
Es más; como no se da sino lo recibido de los primeros principios, la evidencia y la certeza
de las verdades que la tienen y engendran por sí, está en las últimas
conclusiones de suerte que, si por un absurdo, los primeros principios dejasen
de ser evidentes y no produjesen certeza, desaparecería toda certeza y toda
evidencia y la mente quedaría en profunda oscuridad.
JUICIOS A PRIORI Y JUICIOS A POSTERIORI.- Se trata de los
juicios de evidencia inmediata. Son a priori los que se hacen antes de toda
experiencia o prescindiendo de ella; v. gr.: “el todo es mayor que la parte”; para
saber eso, no necesito ver una parte y compararla con el todo . Son a posteriori, los
obtenidos por la experiencia ; v.gr.:
el agua aumenta de volumen al solidificarse.
A los juicios a priori;
llaman también analíticos, y a los a posteriori, sintéticos; pero estas denominaciones necesitan alguna explicación,
según entiendo.
Dicen los tratadistas, que los primeros proceden de un análisis de las ideas, y los segundos
son una síntesis de cosas de las que
no se incluye una en el concepto de la otra. Mas, si reflexionamos atentamente,
unos y otros juicios presuponen un análisis de las ideas o de los hechos ; y
conviene determinar el verdadero sentido de esa denominación. En efecto:
Cuando digo, “yo pienso”, es decir “yo soy pensante”, en
esta proposición expreso un hecho, el
de mi pensamiento; un hecho de que me atestigua la conciencia. La cópula soy, proclama una identidad. ¿Identidad de qué cosas? Una es el sujeto que piensa “yo”; la otra ¿cuál es? No es el acto de pensar;
yo no soy mi propio pensar; si lo fuese, estaría siempre actuando en un mismo
pensamiento; cada acto de pensar tiene su objeto especificativo; como no puedo
pensar sino en algo determinado y con actos determinados, alguno habría que, al
identificarse con mi yo, lo tendría en una misma actuación. El cambiar
de pensamientos demuestra que yo no soy mi
propio pensar. Mas, al pensar, soy pensante¸
porque
TRATADO PRIMERO, PARTE SEGUNDA. APOLOGÉTICA. P 410
yo soy el que piensa,
y en mi yo se da la realización de la idea abstracta de pensante, o
mejor, de su contenido.
Vemos, pues, que el juicio “yo pienso” ha exigido un
análisis del hecho, que he
descompuesto en dos elementos el yo o
sujeto del pensamiento y la idea
abstracta del ejercicio de la actividad de pensar, expresada, a modo de atributo
y amplificada como término
concreto al sujeto yo, para poder
afirmar una identidad del predicado con el sujeto. Tenemos, pues, un juicio experimental que sólo a virtud de un
análisis ha podido ser formulado en una expresión de identidad.
Veo la nieve blanca. Si
digo “la nieve (en general) es blanca”, tengo un juicio de evidencia mediata,
porque la generalización ha necesitado de la inducción y deducción. Si digo “esa nieve es blanca”, afirmo la
identidad de la nieve con algo: no con la blancura; ni con su
blancura, porque la observación no me da esa identidad y no sé si la blancura de la nieve es atributo suyo esencial. Quiero decir en esa
proposición, que el contenido objetivo del concepto de blancura, se realiza en
la nieve; para lo cual, lo aplico en concreto, significando así, al decir blanco, un sujeto indeterminadamente, que
realiza la blancura o en cuanto blanco, o
la blancura en lo blanco; y sólo así
puedo afirmar la identidad.
Sin esas descomposiciones y análisis de los hechos, no puedo
consignar esas síntesis que nos
ofrece la realidad experimentada.
Pasemos a los juicios
a priori. Se dice que en ellos se afirma o niega la conveniencia de dos
ideas; la una es predicado de la otra. “El hombre racional es libre”, que “el
ente, como tal, es uno”. ¿Qué identidades establezco? No de las ideas o conceptos formales de racionalidad humana y libertad ; libres son Dios y sus
Angeles. Pero no puedo concebir que el hombre
sea hombre, y, por lo tanto, racional, si no es libre, y de esencia de la racionalidad del hombre, es su
libertad. ; y sólo en ese sentido es la
libertad ; por eso digo que el hombre
es libre (en concreto) y que lo ente es uno ; esto es, no puede realizarse la razón de ente , sino con la razón de
unidad, ni la de racionalidad sin
la de libertad. He distinguido, por
lo tanto, en ese juicio, la libertad como tal, la libertad humana, y el sujeto
de la misma; sólo así he podido afirmar una identidad.
Vemos, pues, que tanto los juicios a priori, como los a
posteriori, preexigen un análisis o de las ideas o de los hechos. Necesito uno
o dos términos abstractos, porque las realidades físicas y concretas, no se
identifican; en los a posteriori (esa nieve es blanca) necesito la idea
abstracta de blancura y, además la de un sujeto indeterminado para predicarla
en concreto.
Es la labor de la mente sobre sus ideas o simples
aprehensio-
TRATADO PRIMERO, PARTE SEGUNDA. APOLOGÉTICA. P 411
Pero esta parte esta guay para entender como se ha creado el documento en base al hallazgo y me apetecerá contártelo pinchando aquí.