Kaixo denoi. Hoy 16 de Marzo empiezo la temporada del 2017
en @Hilarriak. La idea es que dure hasta Diciembre, así que si queréis
visitarnos os dejo la info simplificada.
Estamos recibiendo algunos dibujos de estelas, mil gracias
de todo corazón a quienes hayáis contribuido en mejorar nuestro
museo-cementerio-laberinto-jardín, os avisaré cuando estén expuestas vuestras
obras de arte. Si tú aún no lo has hecho aquí te explico de qué se trata y cómo puedes hacerte amigo del Museo.
Después de tres meses de vacaciones ha sido un gustazo ver
que todo se encontraba en orden: ningún árbol tumbado por el viento, ningún
desperfecto más de los que ya había cuando acabó 2016, las estelas tan bonitas
como siempre y la vegetación me ha esperado antes de desbocarse.
Sólo un par de detalles; en el cartel que puse en la garita
ponía que reabríamos el 5 de este mes (la verdad es que ni recordaba cuando
tenía previsto empezar… entre eso y mis 10 días sin escribir una entrada soy la
viva imagen de la responsabilidad)
Si, por casualidad, pasaste para ver el museo entre el 5 y
el 15 de este mes y me estás leyendo ahora mismo > P E R D Ó N .
Y ahora sí, la historia surrealista que da razón de ser al
título de esta entrada, podría haberse titulado “os juro que no es lo que
parece”.
El caso es que al abrir la puerta del
museo-cementerio-laberinto-jardín he visto un hueso en el suelo. Mi primer
pensamiento es que quizás fueran los restos de un trozo de carne que se le ha
dado al perro y al estar tan cerca de la entrada no le he dado importancia,
ardía en deseos de darme “la primera vuelta de inspección” y ya lo recogería
más tarde..
Al pasearme, plas, otro hueso, en mitad de en medio del
paseo, este me ha mosqueado más porque era una pata de pequeño tamaño y estaba
lejos del otro hueso.. me ha entrado la risa y un cierto “mal rollo” al verlo
desenterrado en un cementerio..
Luego he seguido encontrando más huesitos a simple vista y
he conseguido identificar al animal. Un gato.
Mi yo interior me decía: -Tranquila, nadie ha venido a
desenterrar los huesos de aquellos que fallecieron hace cien años para hacer
una performance de bienvenida. Es Arlequina.
Arlequina era una gata preciosa, con una cara que jamás he
visto en ningún animal, la tenía dividida en cuatro franjas diferentes
(atigrado, negro, marrón claro..), perfectamente cuadradas, que convergían a la
altura de su nariz.
Vivía en la casa que queda junto al museo y solía hacerme
compañía –jamás olvidaré la mañana que me pasé intentando que no se zampase a
un gorrioncillo volantón- era una gata lista que de cuando en cuando
sobresaltaba a los turistas apareciendo por el laberinto durante las visitas…
Un día desapareció y a las dos semanas empezó a oler raro pero no encontré
cadáver alguno y lo achaqué al Zotal.
Tengo apuntadas las fechas de aquello, puse en observaciones que "olía a Zotal"
Estaba pensando yo esta mañana, mientras seguía por el
laberinto “jugando” a buscar huesos por el suelo (cómo quien juega a buscar a
Wally) que si hoy, mañana, pasado.. o en un par de semanas, aparece un
visitante “observador” (normalmente niños) me tocará dar una explicación..
Ya me imagino diciendo “si, bueno, ejem, no es lo que
parece.. es un hueso de gato”. Les quedará la duda si no lo ven en contexto..
Estaba dudando si tirarlos a la basura o
guardarlos agrupándolos en un sitio para recordar mis clases de Zootecnia, y
así de paso, si un visitante descubre un nuevo hueso, agradecerle su ayuda para
completar el esqueleto.
Cuando he encontrado el cráneo (camuflado en el roquedo) no
he tardado en tomar la decisión.
El proceder de la investigación será de la siguiente manera:
Si al darle forma al gato coincide con las características
morfológicas de Arlequina significa que el olor a cadáver no era Zotal.
Era un olor que no surgía de un foco concreto, tenía varios
focos; detrás de la pasarela, en un rincón del jardín, entre unos arbustos..
Creedme si os digo que esto ya no estaba tan selvático y hubiese
encontrado el gato muerto sin problema, pero no encontré ni vi nada.
Ahora ha aparecido sólo. “por partes” “limpio” “desperdigado”
y bastante a la vista.
Parece una mezcla entre la leyenda de “Isis y Osiris” y un
episodio de “Rasca y Pica”..
Pero bueno, si fui capaz de resolver el ajuste de cuentas en Abaurrea seguro que este misterio no se me resistirá, teniendo como tengo ya
8 evidencias y un fragmento.
Por ahora estas son las hipótesis que manejo:
Opción 1) Que otro animal haya desperdigado los huesos del
esqueleto entero. Hay animales así de raros.
Opción 2) Que un carroñero o carnívoro de mediano tamaño
haya despiezado al gato para comérselo y no encontrara el cubo de basura para
los huesos.
Opción 3) Que el gato descuartizado esté intentando
arrejuntar sus huesos para vooOooOolver del más allá.
Opción 4) Que este invierno haya sobrevolado por aquí un joven
quebrantahuesos en prácticas.
Opción 5) Que una Sacerdotisa Vodoo Caribeña hubiese venido a Abaurrea Alta para hacer un sofisticado sortilegio.
Opción 6) Que se haya puesto de moda jugar a las tabas en un
laberinto.
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Os mantendré al tanto de las pesquisas por twitter.
Sois libres de comentar vuestra hipótesis ¡Un saludo!
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