jueves, 24 de mayo de 2018

Buscando estelas discoideas por tierras salacencas

¡Hola! hoy es jueves y estoy enfrascada preparando los materiales para la HilarriCon en las que participo presentando el catálogo de estelas del Valle Aezkoa que hemos realizado en los últimos años continuando el trabajo que empezamos a hacer en Hilarriak Bizirk en el verano del 2015 y cuyas primeras conclusiones fueron presentadas al pueblo en un acto público en el mes de noviembre de aquel año. Bueno, no quiero adelantarte nada, pero algo ha llovido desde entonces sobre nuestras estelas discoideas y algo que tenía pendiente era acercarme a Jaurrieta (pueblo salacenco fronterizo con el Valle de Aezkoa y Abaurrea Alta) para ver si en sus cementerios había alguna estela discoidea ya que las informaciones al respecto eran contradictorias. 

No había mucha esperanza de encontrar ninguna pero pongamos el caso de que hubiese tan sólo una, que aunque rota y maltratada, repitiese sus motivos con las del valle Aezkoa.. Eso sería una información valiosa a mencionar en la charla ¿no crees? (aquí un spoiler si arrastras el ratón encima del manchurrón negro no fue así, no encontré ninguna estela pero sí otras muchas cosas de gran interés cultural y paisajístico que te cuento a continuación



Salí de Abaurrea a media mañana dirección a Jaurrieta, por la carretera. Una vez más el tráfico denso de nuestra M30 particular retrasó mi marcha, pues tanta emisión de los tubos de escape de los vehículos me hizo toser y detenerme en incontables ocasiones. (Vale, no fueron los vehículos, en 7 kilómetros me crucé con un par de autocaravanas francesas y con un pelotón de 5 ciclistas sonrientes, pero sí que tardé más de la cuenta pues había un tráfico denso de mariposas revoloteando a las que perseguí para fotografiar en condiciones)



Llegué a la frontera de los valles Aezkoa y Salazar, en el nuevo puente de la carretera que se construyó sobre SorginZubi, el puente de las brujas aezkosalacencas o salacencoaezkoanas, un escalofrío me recorrió el cuerpo en esta muga pensando en el rey Teobaldo, el monarca poeta, que ideo esta frontera en el río para apaciguar las disputas entre pueblos. 

¿Encuentras las 5 diferencias? La solución aquí > NO HAY DIFERENCIA
Hacía una temperatura estupenda y mi cuerpo agradeció el paseo, al cruzar el puente me desvié hacia el merendero - piscinas del río, pues me acordé de otra información que había leído, en torno a un puente de piedra sillar sobre el río Zatoya. Al preguntar por este puente en el pueblo un vecino me había dicho que había que continuar desde la piscina hacia el puente por la orilla del río, esta fue la única información que me han dado al respecto por mucho que he preguntado por ese puente que se menciona en tantas páginas de internet. 


Llegué a las piscinas y me metí entre los matorrales y bosque escarpado en busca de aquel puente ¿por qué? bueno, pues porque estaba buscando estelas discoideas y estas lápidas circulares han sido reutilizadas sistemáticamente para construcciones así que para encontrarlas no sólo hay que visitar museos, campos, caminos y cementerios, también hay que prestar especial atención a toda clase de elementos constructivos, puentes incluidos. 

Avancé por el terreno que me parecía "menos peligroso" pero no fue fácil, encontré unas flores que no había visto nunca, carentes de tallo, a la orilla del río. Les tomé la foto para clasificarlas algún día. 



No vi ni rastro del puente así que volví al camino y continué mi marcha hacia Jaurrieta. 

Mientras subía al alto Remendia cuyo depósito de sal veo desde el balcón de casa cada mañana, pensé en que, ciertamente, no somos diferentes. Los mismos paisajes, la misma cultura con pequeños matices diferenciales, la misma flora y fauna.. la misma tranquilidad. Y pese a eso no me da sensación de unidad, no creo que se hagan proyectos que fomenten nuestra cohesión y si otros que nos provocan un mayor aislamiento.. como si actuar en consecuencia de tantos elementos de unión que compartimos pusiese en riesgo nuestra idiosincrasia, nuestra identidad. A mi me parece que la enriquecería porque teniendo nuestros matices diferenciales perteneceríamos a algo más grande desde donde sumaríamos esfuerzos... así divagaba yo a pleno sol del mediodía, seguro que el calor me había afectado a la cabeza ¡maldito sol salacenco! 


Llegué al desvío que conduce a la Ermita de Nuestra Señora de la Blanca (que yo llamo Ermita de la Virgen Blanca porque lo de "nuestra señora" me parece que es echarle años encima) recuerdo que cuando escribí sobre ella me encantaron las fotografías que vi y me quedé con la espinita de no haberla visto en persona. Bueno, como te he dicho, las estelas discoideas son elementos reutilizados en construcciones y se ven un montón de ellas empedradas en iglesias y ermitas, por no decir que los campos junto a las ermitas han sido cementerios y podemos verlas también en su contexto original junto a templos sagrados, en los pórticos y claustros... ¿tendría suerte? el cartel que señala el camino a la izquierda de la carretera (a la derecha saliendo desde Jaurrieta) reza "Ermita Románica a 1,5 kms" les pregunte a mis pies si se veían con ganas de desviarse kilómetro y medio para ver la ermita, el izquierdo me dijo que había que revisar si alrededor de la ermita había alguna estela y el derecho me dijo que le sonaba que había un camino que iba desde la ermita a Jaurrieta, así que el desvío no era tanto e incluso, podría acortar el trayecto que se hace por carretera. 


Aquél kilómetro y medio se me pasó volando, era un agradable camino a la sombra y de cuando en cuando entre los árboles asomaba el Pirineo. 

Llegué a un cartel que me anunciaba el destino. El cartel decía "AUTOS NO" y fue la primera señal de la virgen blanca de la Ermita era de las mías, pues era la proclama con la que saldría a manifestarme sin pensarlo "AUTOS NO" "AUTOBUSES SÍ" "CARRETAS TIRADAS POR CABRAS SI" "AUTOS NO" "PATINES y BICIS SI" "ELEFANTES, CAMELLOS Y CABALLOS SI" "AUTOS Y MOTOS RUIDOSAS NO" (esto me lo recordarán los siguientes amigos a los que les pida que me lleven de un sitio a otro en el coche o quienes me recojan haciendo autoestop, jajajaja)   

Nada más pisar la campa sentí un buen rollo increible ¿sabes como a veces los lugares te provocan una u otra sensación? pues fue una sensación inexplicable y tremenda. 


Revisé los exteriores de la ermita, no había estelas discoideas pero sí marcas de canteria junto a la puerta, una carita sonriente pintada de blanco me miraba desde lo alto. También había una de las cruces de parada del vía crucis, supongo que la última. 


Un árbol de colosal tronco flanquea el templo en su cara norte y en uno de los contrafuertes que apuntan al sur un bonito reloj de sol trabajado en la roca. 


A los pies y en la cabecera sendos jardines naturales, explanadas bien cuidadas que se habían vestido de margaritas para la ocasión. También un par de bancos donde sentarse, una estructura con pinta de panteón coronado por tres cruces de piedra.. 

Muy buena energía, ¡qué subidón me ha dado al ver que el 15 de Agosto cae en miércoles y podré volver a aquel lugar en un ambiente más que festivo! 



Me hubiese echado la siesta junto a la señora Blanca tranquilamente pero decidí continuar mi camino dirección a Jaurrieta, tal y como me había indicado el pie derecho encontré el camino de bajada a Jaurrieta, convenientemente señalizado cada pocos metros por una cruz de piedra, parada del vía crucis. 



En cinco minutos había llegado al pueblo.


Pero espera, ¿qué se ve ahí?


Efectivamente,  otra ermita que pasa desapercibida entre las casas. 

Debe de ser la famosa Ermita de San Pedro cuyos bienes están en la iglesia parroquial de Jaurrieta

Habrá que echar un vistazo también, no vaya a ser que a su entrada tenga una estela discoidea y quede como el culo en las HilarriCon sin mencionarla si quiera.. 

Tampoco había estelas pero de camino ví algunas piedras de fachada interesantes y al llegar me encantó el sabor antiguo de su puerta y junto a los clásicos rayajos de cruces latinas del arco de entrada otra marca mucho más elaborada: una bonita cruz griega de brazos curvilíneos hecha con compás. 


Ahora sólo tenía que revisar un último lugar y debía ir al cementerio de Jaurrieta, desde la iglesia se intuye el camino. El cementerio viejo estaba pasando el nuevo, tras una puerta que, como me indicó un amable señor al que le pegué un susto de muerte apareciendo en sus terrenos a través de las zarzas intentando rodear el camposanto, resultó estar abierta. (Seeeeh, para qué probar a abrir una puerta, es mejor subir zarzal a través para rodear el cementerio... ¡maldito sol salacenco!)

En el cementerio viejo de Jaurrieta no hay estelas a la vista, lo más antiguo que se conserva es una cruz de piedra epigrafiada. 



En el cementerio nuevo todo nichos con los nombres de las casas 


¡qué bonito! ya veis hasta que punto los habitantes están ligados a su morada por estas tierras, tanto que en lugar de poner nombres propios ponen el nombre de la casa.


Bueno, pues esa fue mi expedición para encontrar estelas, el objetivo de encontrar al menos una no se cumplió pero ¡la de cosas que vi por el camino y lo bien que me lo pasé!, tanto que cuando el podómetro me dijo que había andado ¡20 kilómetros! ni yo ni mis pies se lo creyeron, el izquierdo estaba tan animado que quería hacer otros 20.


Pues eso es todo, ya ves que cualquier excusa es buena para animarse a recorrer (a pie ¡autos no!) los valles SalacencoAezkoanos. 

¡Sé feliz! ¿nos veremos en Junio?

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