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jueves, 3 de noviembre de 2016

El Mundo de Los Pirineos: Conquistas y Batallas 2

Seguimos con el fantástico artículo escrito por José Etxegoien sobre las diferentes batallas acontecidas en el Pirineo Navarro, forma parte de un monográfico sobre la Selva de Irati y sus Valles publicado en la revista "El Mundo de Los Pirineos" número 83


El Mundo de Los Pirineos: Conquistas y Batallas 2/2

En la guerra Napoleónica (1808-1814), las tropas francesas mejoraron el rendimiento fabril y sacaron en almadías madera del Irati, aprovechada para su flota militar. En julio de 1813, los mismos fortines de 1793 sirvieron para la batalla final en Navarra. Tras el enfrentamiento en junio de Vitoria-Gazteiz, los franceses habían desaparecido de la Península y tras reagruparse en la vertiente norte intentaron recuperar las ciudades cercanas, dado que las tropas francesas estaban todavía encerradas en Donostia e Iruñea (Pamplona).

La ofensiva comenzó de nuevo por el flanco izquierdo de Irati. Las tropas navarras, españolas, inglesas y portuguesas tuvieron que retroceder desde los altos de Orreaga (Roncesvalles) y Aezkoa hasta la cuenca de Iruñea, donde las tropas al mando del general Wellington vencieron al ejército francés en la batalla de Sorauren.
El 31 de agosto se rendían los franceses en Iruñea, sin venganzas, mientras que en Donostia, el mismo día, los ejércitos español e inglés se introdujeron por una brecha en la muralla y pasaron a sangre y fuego la ciudad.

La ermita de las Nieves, por el diario Cinco Días
En 1820-1823 acaece la Guerra Realista, enfrentamiento desconocido que en Navarra tuvo su escenario principal en la selva de Irati. Los monárquicos, ayudados por los curas del entorno, montaron el cuartel general junto a la actual ermita de las Nieves. Fue uno de los primeros puntos de Navarra donde se imprimió un periódico.

En febrero de 1823, con una vara de nieve e los caminos, la tropa gubernamental de Torrijos llegó desde Iruñea (Pamplona), y desde Auritz-Burguete por el camino de Nabala hasta el fortín de Arlekia y la Fábrica de Orbaizeta  , conquistándolas sin apenas oposición. Delante llevaban 300 aezkoanos, obligados a abrir camino entre la nieve.

Leemos la crónica de Torrijos: “El venir crecido el río, y ser ya bastante tarde, me hizo detener á la margen de Irati, campar la tropa y tirar un puente. La artillería no pudo llegar hasta el punto que ocupábamos y quedó en la Regata de aliados, (…) llovió sin cesar y fuertemente toda la noche; pero á los pocos soldados que habían pasado empezó a crecer el rio sensiblemente, llevándose el puente. (…) se arrojaron todos los cuerpos con jefes y oficiales al agua y, encadenados, pasaron el río, siendo llevados por la corriente algunos soldados que trabajosamente pudieron sacarse (…)”.

Consiguieron llegar hasta la actual ermita de las Nieves, pero la tropa monárquica ya había vaciado el cuartel. Torrijos ordenó derruir el fortín para que no pudieran volver. A los meses, los 100.000 hijos de San Luis entraron en la península, el gobierno cayó y reinstauraron la monarquía.


Torre trofeo de Urkulu, foto de Callejandohacialacumbre
Pero quizás habría que volver al principio, cuando en el siglo I a.n.e los romanos construyeron la torre trofeo de Urkulu. Según los investigadores estos trofeos se construían tras una gran conquista. Tal vez se construyó al conquistar Aquitania, o quizá fue una batalla desconocida contra los vascones. No hay datos históricos, pero está claro que los nativos no verían con buenos ojos este trofeo clavado en una cima de la Selva de Irati. Hace 2000 años. 

lunes, 24 de octubre de 2016

El Mundo de Los Pirineos: Conquistas y Batallas 1

¡Hola! El número 83 de la revista “El Mundo de los Pirineos” es, nada más y nada menos, que un genial monográfico sobre la Selva de Irati y sus valles.

Entre sus páginas, encontramos un artículo muy interesante sobre las Conquistas y Batallas en esta zona del Pirineo Navarro que viene firmado por el Aezkoano José Etxegoien y que paso a colgar aquí en dos partes. Muchas de las cuestiones que se tratan ya las hemos ido desgranando en esta web por lo que, siempre que proceda, pondré el enlace correspondiente para que, si queréis, podáis seguir leyendo sobre el tema.

El Mundo de Los Pirineos: Conquistas y Batallas 1/2



La batalla de Orreaga (Roncesvalles) del año 778 es quizá la más recordada, que no la más conocida. No se sabe dónde ocurrió, sí que fue en el entorno de la colegiata. Las últimas estribaciones de la selva forman parte del Camino Alto de Santiago, donde pudo acontecer. A lo largo de la historia ha sido un punto de control militar de máxima importancia para la defensa de la Alta Navarra. Y así ocurrió en su conquista. El rey Fernando el Católico llevaba años manipulando y presionando en la política navarra, con el apoyo de un sector beamontés, con Luis de Beamount a la cabeza. Los reyes navarros Juan y Catalina hacían equilibrios entre las presiones de los reyes de ambos países fronterizos.

A veces aliados de unos, otras de otros, Navarra se convirtió en objetivo militar, sobre todo para Fernando de Aragón, que una vez calmados sus enemigos en Castilla, vio que podía controlar Navarra conquistándola. Las tropas del duque de Alba entraron en julio de 1512. La conquista fue rápida. En pocas semanas quedaba escasa resistencia, sólo algunos pueblos aislados como Tudela, los valles pirenaicos y la Baja Navarra.

Fue así como un gran ejército acampó en Auritz-Burguete, rindiéndose los valles pirenaicos. En la Baja Navarra controlaron las grandes ciudades y los valles más cercanos a los Pirineos. Ante los diversos intentos de conquista de los reyes navarros, Auritz Burguete fue esporádicamente campo-base del ejército castellano para controlar los puertos. Fernando el Católico mandó construir un castillo en lo alto del camino, Château Pignon (el Peñón), para controlar cualquier invasión.

Hoy día quedan restos de una escalera de piedra, varios muros o una saetera. El siguiente rey, Carlos V de España viendo la dificultad para defender la Baja Navarra la abandonó a los reyes legítimos, quedándose sólo con la Alta Navarra. La conquista duró de 1512 a 1529.

Pasaron los siglos viendo pasar peregrinos, reyes, ejércitos y viajeros… hasta que a finales del siglo XVIII saltó la Revolución Francesa. Nuevos aires llegaban a Europa, más cuando cayó la cabeza del rey. El resto de los monarcas no consintieron la afrenta y declararon la guerra al nuevo estado: la Convención (1793-95).

En la cordillera los escenarios bélicos fueron en el Pirineo occidental y oriental. Los militares proyectaron fortificaciones en las montañas. En el entorno de Donibane Garazi (Saint Jean Pied de Port) se fortificó: Donezaharre (Saint Jean le Vieux), con su fortín de Belle Ezponda, Zerrapo, Kurutxemendi… así como la zona de Ibañeta: Atxistoi, Lindus, Trona, Astobizkar, Ortzanzurieta, Soroluze, Azpegi… fueron atrincheradas incluso junto a la actual Nuestra Señora de las Nieves y Pikatua.



Las batallas comenzaron. Luzaide (Valcarlos), Banka, Arnegi, Ezterenzubi… fueron de los primeros en arder.

La nieve cubría todavía los montes en mayo de 1973, y los vecinos de Luzaide clamaban venganza. Las tropas españolas y navarras se apostaron en el entorno de Urkulu. Desde Leizar Ateka comenzaron a sonar los cañones que casi llegaban hasta El Peñón, donde estaba el grueso de la tropa francesa. La niebla y la sorpresa del ataque hizo que los franceses y bajonavarros se retiraran hasta Donibane Garazi (Saint Jean Pied de Port). Fue una sangrienta victoria que tendría su venganza.


Al año siguiente, en octubre de 1794, las tropas revolucionarias decidieron realizar un gran ataque. En Erronkaribar (el valle de Roncal) fueron rechazados. En Nuestra Señora de las Nieves, la poca tropa del fortín huyó. En el Orhi dos fortines en el entorno de Pikatua, uno llamado la Trinchera, rechazaron los primeros ataques pero los salacencos hubieron de retroceder y guarecerse en Ezkaroze. Tras quemar Otsagabia, los franceses fueron por la sierra de Abodi a Aezkoa, donde ardieron numerosos pueblos, incluida la Fábrica de Orbaizeta. Por suerte, la orden de quemar la Selva de Irati no fue ejecutada. Por Baztan pasaron rápidamente hasta Eugi, donde dieron fuego a la fundición. Y el camino alto de Santiago lo subieron como el rayo. Las tropas españolas, unos diez mil soldados en Auritz Burguete, quemaron el pueblo y escaparon a Agoitz. Poco quedó en pie en el Pirineo Navarro.