¡Hola! El número 83 de la revista “El Mundo de los Pirineos”
es, nada más y nada menos, que un genial monográfico sobre la Selva de Irati y
sus valles.
Entre sus páginas, encontramos un artículo muy interesante
sobre las Conquistas y Batallas en esta zona del Pirineo Navarro que viene
firmado por el Aezkoano José Etxegoien y que paso a colgar aquí en dos partes.
Muchas de las cuestiones que se tratan ya las hemos ido desgranando en esta web
por lo que, siempre que proceda, pondré el enlace correspondiente para que, si
queréis, podáis seguir leyendo sobre el tema.
El Mundo de Los Pirineos: Conquistas y Batallas 1/2
La batalla de Orreaga (Roncesvalles) del año 778 es quizá la
más recordada, que no la más conocida. No se sabe dónde ocurrió, sí que fue en
el entorno de la colegiata. Las últimas estribaciones de la selva forman parte
del Camino Alto de Santiago, donde pudo acontecer. A lo largo de la historia ha
sido un punto de control militar de máxima importancia para la defensa de la
Alta Navarra. Y así ocurrió en su conquista. El rey Fernando el Católico
llevaba años manipulando y presionando en la política navarra, con el apoyo de
un sector beamontés, con Luis de Beamount a la cabeza. Los reyes navarros Juan
y Catalina hacían equilibrios entre las presiones de los reyes de ambos países
fronterizos.
A veces aliados de unos, otras de otros, Navarra se
convirtió en objetivo militar, sobre todo para Fernando de Aragón, que una vez
calmados sus enemigos en Castilla, vio que podía controlar Navarra
conquistándola. Las tropas del duque de Alba entraron en julio de 1512. La
conquista fue rápida. En pocas semanas quedaba escasa resistencia, sólo algunos
pueblos aislados como Tudela, los valles pirenaicos y la Baja Navarra.
Fue así como un gran ejército acampó en Auritz-Burguete,
rindiéndose los valles pirenaicos. En la Baja Navarra controlaron las grandes
ciudades y los valles más cercanos a los Pirineos. Ante los diversos intentos
de conquista de los reyes navarros, Auritz Burguete fue esporádicamente
campo-base del ejército castellano para controlar los puertos. Fernando el
Católico mandó construir un castillo en lo alto del camino, Château Pignon (el
Peñón), para controlar cualquier invasión.
Hoy día quedan restos de una escalera de piedra, varios
muros o una saetera. El siguiente rey, Carlos V de España viendo la dificultad
para defender la Baja Navarra la abandonó a los reyes legítimos, quedándose sólo
con la Alta Navarra. La conquista duró de 1512 a 1529.
Pasaron los siglos viendo pasar peregrinos, reyes, ejércitos
y viajeros… hasta que a finales del siglo XVIII saltó la Revolución Francesa.
Nuevos aires llegaban a Europa, más cuando cayó la cabeza del rey. El resto de
los monarcas no consintieron la afrenta y declararon la guerra al nuevo estado:
la Convención (1793-95).
En la cordillera los escenarios bélicos fueron en el Pirineo
occidental y oriental. Los militares proyectaron fortificaciones en las
montañas. En el entorno de Donibane Garazi (Saint Jean Pied de Port) se
fortificó: Donezaharre (Saint Jean le Vieux), con su fortín de Belle Ezponda,
Zerrapo, Kurutxemendi… así como la zona de Ibañeta: Atxistoi, Lindus, Trona,
Astobizkar, Ortzanzurieta, Soroluze, Azpegi… fueron atrincheradas incluso junto
a la actual Nuestra Señora de las Nieves y Pikatua.
Las batallas comenzaron. Luzaide (Valcarlos), Banka, Arnegi,
Ezterenzubi… fueron de los primeros en arder.
La nieve cubría todavía los montes en mayo de 1973, y los
vecinos de Luzaide clamaban venganza. Las tropas españolas y navarras se
apostaron en el entorno de Urkulu. Desde Leizar Ateka comenzaron a sonar los
cañones que casi llegaban hasta El Peñón, donde estaba el grueso de la tropa
francesa. La niebla y la sorpresa del ataque hizo que los franceses y
bajonavarros se retiraran hasta Donibane Garazi (Saint Jean Pied de Port). Fue
una sangrienta victoria que tendría su venganza.
Al año siguiente, en octubre de 1794, las tropas
revolucionarias decidieron realizar un gran ataque. En Erronkaribar (el valle
de Roncal) fueron rechazados. En Nuestra Señora de las Nieves, la poca tropa
del fortín huyó. En el Orhi dos fortines en el entorno de Pikatua, uno llamado la
Trinchera, rechazaron los primeros ataques pero los salacencos hubieron de
retroceder y guarecerse en Ezkaroze. Tras quemar Otsagabia, los franceses
fueron por la sierra de Abodi a Aezkoa, donde ardieron numerosos pueblos,
incluida la Fábrica de Orbaizeta. Por suerte, la orden de quemar la Selva de
Irati no fue ejecutada. Por Baztan pasaron rápidamente hasta Eugi, donde dieron
fuego a la fundición. Y el camino alto de Santiago lo subieron como el rayo.
Las tropas españolas, unos diez mil soldados en Auritz Burguete, quemaron el
pueblo y escaparon a Agoitz. Poco quedó en pie en el Pirineo Navarro.
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