El jabalí (Sus Scrofa, en euskera Basurde) es un mamífero de la familia de los
suidos presente en Europa. Es considerado como pieza de caza mayor y esta
incluído en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del
mundo. Los machos pesan entre 70 y 90 kg mientras que las hembras pueden pesar
entre 40 y 65 aunque ha habido ejemplares alcanzando los 150 kg. La longitud de
su cuerpo es de 120 cm y la alzada a cruz los 65.
Tiene una cabeza grande y alargada de cuello grueso, las patas muy cortas con mayor altura los cuartos delanteros que los traseros.
Tiene un potente olfato con el que detecta el alimento, como trufas, vegetales
y pequeños animales bajo tierra, su oído esta también muy desarrollado.
Su pelaje es grueso y la capa es muy variable, desde grises
hasta negro pasando por los rojizos y marrones, las patas y el hocico son más
oscuras que el resto del cuerpo. En caso de verse amenazado la crin que recorre
el lomo se eriza. Muda de pelo hacia mayo-junio. Las crías o jabatos nacen con
un pelaje rayado que desaparece durante los primeros meses de vida.
Tiene un comportamiento sociable no territorialista y se
forma en grupos matriarcales, la jabalina líder es la de mayor edad y tamaño,
los jóvenes machos viven en la periferia del grupo y los machos adultos sólo se
acercan en periodo de celo (de noviembre a enero) exceptuando los ejemplares
ancianos (macarenos) que suelen verse acompañados de un macho más joven al que
se le llama “el escudero”
Durante el día suele tener un comportamiento sedentario
mientras que de noche recorre distancias considerables de entre 2 y 14 kms.
Se consume de diversas manera siendo la más frecuente el guiso de jabalí.
En heráldica (cómo el caso del escudo del valle Aezcoa, que muestra un jabalí corriendo delante de un roble) significa que se trata de un pueblo rico y
noble, de actitud pacífica a no ser que se sientan amenazados.
Este animal forma parte de la dieta del hombre de las cavernas, cómo se atestigua mediante los restos de macromamíferos encontrados en el Zatoya
Este animal forma parte de la dieta del hombre de las cavernas, cómo se atestigua mediante los restos de macromamíferos encontrados en el Zatoya
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