Del latin Horreum (Almacén de grano para el consumo humano y
animal). Existían diversos tipos de Hórreos y es el Horreum Pensilis, el
almacén sobre columnas, el que se apropiará de dicho nombre. Se extienden
durante el imperio romano por todo el mediterráneo y en la península ibérica
los más destacados son los Asturianos, los Gallegos y los Navarros.
Fueron declarados patrimonio de interés cultural en 1993, y
la mayor parte han sido rehabilitados.
Muchas casas tenían su hórreo y en la guerra de la Convención se tiene dato de que son quemadas en el valle 106 bordas y 87
graneros de tipo hórreo. Si el valle en aquel momento tenía 293 casas y se
quemaron 165 es de suponer que el número de hórreos era igualmente alto, siendo
un edificio corriente.
En la actualidad, de los 22 hórreos conservados en la
comunidad foral de Navarra, 15 estan situados en el valle de Aézcoa,
principalmente en los pueblos de Aria, Orbaizeta y Villanueva de Aézcoa. Se
idearon siglos atrás con el propósito de mantener el grano almacenado fuera del
alcance de los roedores y protegerlo de la humedad.
Antiguo Hórreo en Abaurrea Alta |
Estos hórreos están catalogados como Bien de Interés
Cultural en Navarra. La escasez de cereal y la humedad de estos parajes
hicieron que en la Edad Media los agricultores utilizaran estas construcciones
elevadas sobre el nivel del suelo para almacenar el preciado grano.
Los presentes en la Aézcoa, de tipo pirenaico, distan de otros hórreos de la península ibérica por tener tejado a dos aguas casi sin aleros, planta rectangular y paredes de piedra sin labrar. Elevados sobre pilares de piedra, piramidales o en forma de tronco rematados por losas circulares llamadas “tornarratas” que evitan el paso de roedores, algunos tienen el espacio entre los pilares cerrado. Son conocidos por los nombres de la casa a la que perteneces. Cada uno conserva su historia propia y algunos de ellos aún consevan su función original mientras que otros, prácticamente, están irreconocibles tras las muchas reformas.
Los presentes en la Aézcoa, de tipo pirenaico, distan de otros hórreos de la península ibérica por tener tejado a dos aguas casi sin aleros, planta rectangular y paredes de piedra sin labrar. Elevados sobre pilares de piedra, piramidales o en forma de tronco rematados por losas circulares llamadas “tornarratas” que evitan el paso de roedores, algunos tienen el espacio entre los pilares cerrado. Son conocidos por los nombres de la casa a la que perteneces. Cada uno conserva su historia propia y algunos de ellos aún consevan su función original mientras que otros, prácticamente, están irreconocibles tras las muchas reformas.
La planta del hórreo aezkoano es de unos 4,5 x 5 metros y
está asentado entre 6 u 8 columnas. Las paredes son de mampostería con una
puerta y en algún caso una ventana.
El tejado esta muy inclinado, entre 100 a
120 % de pendiente, de tablilla de madera (oholak en euskera) aunque desde
principios de siglo tienen casi todos teja. Construido en piedra de
mampostería, la estructura descansa sobre unos grandes maderos.
La escalera esta separada del edificio, su interior estaba
compartimentado con cajones (zizkuak en euskera) para separar los diferentes
tipos de cereales, en la parte de abajo “ongarritegi” servía para recoger el
estiércol y el pequeño desván “sabai” se utilizaba para guardar los aperos de
labranza.
Hórreos en Orbaiceta.......
Antiguamente conocido como Horreo de Casa Iriarte, ha sido recientemente rehabilitado |
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