En los valles pirenaicos la casa cobra importancia y alma
propia, es más que un edificio, es un ente social e implícito que sirve para
ubicar al individuo, así como su nombre o su apellido. Un ente que imprime carácter.
Hay algunos nombres de casas que se repiten por el valle,
normalmente relacionados al lugar de la casa, la mayor parte en Euskera (Elizalde, normalmente junto a la
iglesia, de Eliza – Iglesia y Alde – Lado, Mendialde junto al monte, de Mendi –
Monte y Alde Lado, Iturri, casa cercana a la fuente… etc) o bien al apellido o nombre
de la familia, que a través de generaciones, han emigrado a otros pueblos y
fundado allí otra casa.
Aquí, en Abaurrea Alta, ya hemos comentado que el viejo
pueblo se hallaba situado en el Monte San Miguel, es por ello que algunos
nombres de las casas de esta zona alta reciben la terminación de –Zahar (-Viejo)
Así que algunos nombres de casas en el pueblo se repiten, unos haciendo
referencia a la ubicación pasada de la familia que cambió su casa por otra más
moderna y a pie de carretera (Orbara - Orbarazahar, Enekoiz – Enekoizahar… etc)
Otros nombres de casas que encontraremos en el pueblo
podrían ser Quijo, Mariko, Chiquirrin, Mandialde, Garate, Orialde, Remondegui,
Merinoko, Juankordai… Cómo vimos anteriormente, si la casa posee un hórreo, almacén o cuadra, esta también recibe el nombre de la casa.
Aquí tenéis el primer censo de habitantes de las Abaurreas dónde se mencionan algunos de los apellidos que darán su nombre a la casa.
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