Los caracoles terrestres o de jardín son moluscos gasterópodos pulmonados, junto con la babosa, es el único de este tipo que posee pulmones.
Los caracoles no ven pero distinguen luces y sombras, en su interior tienen una complicada red de terminaciones nerviosas capaces de contraerse, posibilitando así la capacidad se torsión.
Tiene 4 apéndices, los dos superiores acaban en los ojos y los inferiores les servirá para palpar.
Además de su concha, podemos apreciar los poros respiratorios y excretor. A contraluz podemos reconocer sus aparatos sexuales y ductos cerebrales. Son polisexuales o hermafroditas dependientes, es decir, poseen un útero y una vaina del pene, y adoptan ambos sexos durante el coito. Aovarán ambos, con una media de entre 50 y 80 huevos por individuo.
Requieren una gran humedad para su actividad, si notan un clima seco o falta de alimento hibernarán sellando la entrada al caparazón con una fina película.
El caracol navarrico, Cepaea Nemoralis, es más pequeño que el Helix Aspersa, de tonalidades pardo-amarillas y con un dibujo muy claro en la concha, esta es algo menos protuberante. Actualmente es uno de los caracoles mejor cotizados por su sabor fino y delicado, se encuentra frecuentemente en los bojes.
- Tienen un uso culinario muy apreciado y las formas más comunes de comerlos pueden ser con tomate y estofado de cordero o engordados con leche al estilo de la antigua Roma. Aquí explicamos como purgarlos convenientemente.
- Las huevas, conocidas como Caviar Blanco, son muy cotizadas en la alta cocina de vanguardia.
- La baba de caracol (especialmente la de animales estresados) es una excelente crema hidratante, cicatrizante y antiséptica. Esto se debe a que esa baba es la que le protege al caracol en la naturaleza y de manera externa de bacterias no deseables presentes en la tierra, al sentirse amenazado, las cualidades fisico-químicas de la baba se hacen aún más protectoras.
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