jueves, 7 de enero de 2016

Orbaizeta según el Madoz

Y con Orbaizeta seguimos el repaso de los pueblos de la Aezkoa tal y como se registraron, en 1845, en el Diccionario Geográfico Estadístico de Pascual Madoz. 

Resulta interesante leer, especialmente, el punto de vista estatal sobre la cesión del monte Aezkoa y la construcción de La Fábrica de Armas. (Una visión más local sobre el asunto de la cesión y la industria podéis encontrarla en nuestra entrada sobre la fábrica.)

En esta ocasión se dice lo siguiente:

Foto del genial fotógrafo Ernesto López
Lugar con ayuntamiento en el valle de Aézcoa, provincia y capitanía general de Navarra, partido judicial de Aoiz (a 5 leguas), audiencia territorial y diócesis de Pamplona (a 7 y 1/2). 

Situación: Entre dos montañas bastante elevadas que tiene al Este y Oeste. 


Clima frío, y los vientos reinantes Norte y Noroeste. Consta de 70 casas sólidas de cal y canto con tejado de madera, bien repartidas y espaciosas; Hay casa de ayuntamiento, juego de pelota, escuela para ambos sexos concurrida por 65 niños y 30 niñas y dotada con 1.260 reales. Iglesia Parroquial de San Pedro, de primer ascenso, servida por un abad de provisión del pueblo, una ermita dedicada a San Salvador y un cementerio. 


Los vecinos se surten de las aguas del río Irati que pasa por sus inmediaciones y de una fuente que existe en medio del pueblo. 

El término se extiende a 1 1/2 leguas de Norte a Sur y 2 de Este a Oeste y confina al Norte los puertos del valle o montes Pirineos, al Este con Villanueva, al Sur con Orbara y Oeste el puerto de Nabala, comprendiendo dentro de su circunferencia el término redondo de Larraun, la casa-mesón de Zabala, la Fábrica de Municiones de la que se hablará más adelante, varias bordas y el monte Arizduya poblado de robles, hayas, fresnos, bojes, espinos y otras clases de árboles y arbustos. No faltan tampoco canteras de piedra caliza. 

El terreno es de mediana calidad y de secano, no obstante al cruzarle los ríos Irati y Legarza que se reúne al primero antes de llegar al pueblo. Los caminos se hallan en regular estado, el correo se recibe desde Pamplona por balijero los miércoles y sábados, y se despacha los mismos días. 


Produce trigo, maíz, avena, patatas, habas, berza, alubias y heno. Cría ganado vacuno, caballar, lanar y de cerda. Caza de perdices, codornices, palomas, tordos, liebres, corzos, jabalíes y zorros, pesca de trucas y anguilas. 

Industria: Un molino harinero, varios telares de lienzo y paños ordinarios y la fábrica de municiones. 
Comercio: Importación de granos, vino y aceite y estracción de ganados. Población de 70 vecinos, 527 almas. Riqueza con el valle. 

Fábrica de Municiones: Por haberse agotado los combustibles en los montes de la antigua fábrica de Eugui, compró el rey en el año 1784 una ferrería que tenían los señores condes de Hornano y vizconde de Echanz, dónde hoy existe la fábrica de municiones. Sabido esto por el valle de Aezcoa, hizo una esposición a Su Majestad manifestando los deseos que tenía de hacerle la concesión de los montes que disfrutaba, bajo la condición de eximirle del cánon y pensión anual de 240 florines de á 2 1/2 reales cada uno, de los cuales 104 percibía la casa de Roncesvalles y los 100 restantes la Hacienda; dejándole sin embargo en el goce de los pastos y aguas para sus ganados. El rey aceptó, y en virtud de la escritura de cesión se halla en el día la nación poseyendo los montes. 


Bajo tan buena base se dió principio a la construcción de la fábrica, que a poco de concluirse fue quemada por los franceses en la invasión que hicieron en 1794. Por los años 1800 a 1801 dio principio su reedificación, que concluyó en los de 1804 a 1805, y después de estar ya con los acopios de carbones, menas y demás, se dió a un contratista que siguió hasta que a su entrada se apoderaron los franceses de ella y continuaron los trabajos del horno, construyendo además un fuego de afino con sus martillos de mayor y menor, todo lo cual dejaron en el mismo estado en razón de su precipitada salida de España.


Desde entonces quedó abandonada la fábrica hasta el año 1828 que se recompuso lo deteriorado y volvieron a dar principio los trabajos, hasta 1833 que cayó en poder de los carlistas; después de la guerra se pensó en la utilidad de emprender las labores, que se continuaron luego de rehabilitarla en 1844, habiendo seguido sin interrupción hasta el día. 





Los hornos eran 4; 2 de España y 2 de Indias, que tenían entera separación en caudales, productos y empleados; el edificio de los 2 primeros sirve en el día para fraguas de afino con su correspondientes martillos, y los 2 últimos son los que están dando productos que se pueden regular de unos 1.200 a 4.300 qq. de hierro mensuales, y el cual se aplica a toda clase de municiones y ruedas del nuevo modelo para el cureñage de plaza; por junto a los hornos pasa el río Legarza, del que, por medio de una hermosa presa, construida a unos 400 pies, se surte de aguas la maquinaría. 


A la orilla derecha del río están tres espaciosas carboneras capaces de 23.000 cargas de carbón, en la izquierda hay talleres de carpintería, cerrajería, limpia de municiones, moldería de barro, almacenes y magníficos patios para depósitos, no faltando el suficiente número de casas, tanto para operarios como para los empleados. 

Plano de un fuelle y su sujección


Se cuentan en la fábrica un coronel o teniente coronel, director, un capitán encargado del detall, un comisario empleado de Hacienda, un oficial primero encargado de efectos, un oficial segundo pagador y 3 terceros con 2 territorios auxiliares, un médico y un capellán, un sobrestante maestro de obras con 2 carpinteros, 2 cerrajeros para atender a las continuas reparaciones de los edificios, maquinaria, herramientas... aumentando este en número, así como los canteros y peones, siempre que las labores son de consideración. Para el horno hay un fundidor y un cargador mayor y a sus órdenes 4 fundidores y otros tantos cargadores. 


Para la moldería un moldeador mayor con 8 moldeadores ordinarios divididos en dos cuadrillas, para el cuidado de los montes un visitador con 2 guardas, para la extracción de minerales un factor, a cuyas órdenes se ponen los correspondientes mineros y peones, según la cantidad de haya de arrancarse, y para entregarse de las menas, carbones... etc. y disponer de su buena colocación en los depósitos. Un fiel recibidor de materiales para atender a la conservación de los modelos y construcción de los nuevos, un maestro modelista encargado también de la limpia de municiones y por último, para los ensayos que se hacen del afino del hierro, un martillador con 3 afinadores y 2 aprendices, un maestro tirador de hierro con un calentador y un aprendiz.

Historia: Este pueblo se incendió casualmente el 22 de agosto de 1377 y quedó reducido todo a cenizas. Componíase de 30 casas y 26 hórreos, bordas o chozas. El rey don Carlos II asignó 30 libras carlines de limosna para auxilio de la reedificación. La importancia de su fábrica de municiones le han hecho sufrir más que a otros pueblos del país en las diferentes guerras. Fue notable la briosa defensa que en la tarde del 25 de julio de 1813 hizo de esta fábrica el regimiento de Leon al mando del teniente coronel Aguier, atacado por los Franceses. El año 1833 esta fábrica se hallaba sin un soldado y sin más armas cundo Eraso se sublevó en Burguete. En este apuro su director, el coronel Bayona, llamó a su defensa a los vizcainos en nombre del Gobierno de Isabel II y reunió más de 300 hombres. Dió parte al virey, y este le envió armas para los operarios y empleados, nombrándolo comandante militar de aquel distrito, haciéndole formar una compañía de voluntarios y reforzándole con 40 carabineros. 

A fines de Noviembre, creyéndose en peligro superior a estas escasas fuerzas pidió auxilio al virrey y recibió un refuerzo de 120 hombres a las órdenes del sargento mayor de Avila, D. Tomás Viejo. Pocos días después fue socorrido con 200 hombres más, pero retirada esta fuerza para escoltar un convoy, el 14 de enero se presentó el grueso de las fuerzas carlistas, y no creyendo conveniente comprometer la fábrica, la dejó a cargo de un oficial y se retiró con los archivos de caja y otros efectos, retirándose a la frontera de Francia. 



Los carlistas en esta ocasión permanecieron pocos momentos en ella y su director volvió a ocuparla. El 16 o 17 del mismo mes recibió aviso de que pronto sería socorrido por el general Lorenzo. A pocos días se presentó Zumalacárregui a las puertas de la fábrica con más de 4.000 hombres, ocupando la casa Zabala y las alturas que la dominan. El director contaba para su defensa con 138 hombres entre empleados y carabineros, con cuyo número era imposible cubrir el punto. A pesar de esto se rompió el fuego de una y otra parte y a las once de la mañana se le intimó la rendición. Ganó el director todo el tiempo posible en contestaciones esperando ser socorrido pero al fin tuvo que convenir la entrega, llevando por base la conservación del establecimiento, la seguridad de sus habitantes, de los intereses de la corporación, de la tropa y del ejército. Todo lo que así se verificó

De este modo vino la fábrica a poder de los Carlistas y hasta que volvió definitivamente al de los Liberales sufrió embates repetidos de unas y otras armas. 

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