Dibujo del Basajaun "Los dibujos de Patxi" |
El Basajaun o Señor
del Bosque (Basoa – Bosque y Jauna – Señor, en Euskera) es un Maure o espíritu
superior de la Mitología Vasca. Vive en los frondosos bosques junto a su
esposa, la Basandere.
Al igual que Tartaro y los Gentiles, forma parte del grupo de
los gigantes de montaña.
Se le representa como un hombre de tamaño y fuerzas colosales,
con abundante vello corporal y una larga barba que le cubre las rodillas -más
parecido al hombre Neandertal que a cualquier humano de nuestros días- además,
si nos fijamos veremos que una de sus piernas no acaba en un pie sino en una
especie de pezuña de vaca con forma redonda. Su figura se puede confundir en la
frondosidad del bosque con un gran árbol.
Este mismo ser también lo encontramos en la mitología
aragonesa de los valles de Tena, Ansó y Broto, dónde recibe el nombre de
Basajarau, Bonjarau y Bosnerau.
En el monte Ori, convive con la Basandere y con Mari, se dice que
protege a los pastores y sus rebaños, se le conoce cómo “El pastor de pastores”
avisando con gritos de la llegada de la ventisca o la tormenta y haciendo sonar
los cencerros de las ovejas para ahuyentar a los posibles depredadores. Como
pago, el Basajaun sólo tomará un mendrugo de pan del pastor durmiente.
"Tras la Tormenta" Vicent Van Gogh |
Se dice que fue el primer agricultor y herrero y se le
atribuyen varios inventos que mejoraron enormemente la vida del campesino.
Parte de esto lo encontramos con las leyendas de Martin Txiki o San Martinico,
un avispado jovenzuelo que arrebató los secretos del Señor del Bosque y los
implantó entre los hombres.
Basajaun por Larry MacDougall |
La segunda leyenda se refiere a cómo Martinico consiguió
fabricar la sierra; en Oiarzun el Basajaun tenía ya una en su poder pero los
hombres aún desconocían cómo fabricarla, para descubrirlo Martinico envió a un
criado que propagó el rumor de que su señor había aprendido a hacerlas, cuando el
rumor llegó hasta el Basajaun este le preguntó al criado: - ¿Acaso tu señor ha
visto la hoja del castaño? A lo que el criado contestó: - No la ha visto pero
la verá.
Así lo hizo y Martinico se inspiró en dicha hoja para
fabricar su propia sierra labrando la forma en hierro. Esa misma noche,
Basajaun fue a la herrería de Martinico para comprobar si de verdad había hecho
la sierra, en cuanto la vio se enfadó y trató de inutilizarla doblando los
dientes de un lado a otro, sin saberlo mejoró la herramienta creando la primera
sierra de dientes triscados.
Parece que el Basajaun no aprendió la lección porque la
historia se repitió con los secretos de la soldadura en Kortezubi, el Basajaun
los conocía y Martinico mandó al pregonero extender la noticia de que el
también había soldado dos piezas de metal. El Basajaun le preguntó al
pregonero: -¿Cómo lo hizo, acaso roció con agua arcillosa ambas piezas?, a lo
que el pregonero contestó: -No lo hizo pero lo hará.
Así Martinico logró hallar
la técnica de la soldadura de hierro y la extendió por todo el mundo.
Pensaríamos
que tras este segundo engaño el Maure habría aprendido la lección pero no, la
misma historia se repite una tercera vez, en esta ocasión en el molino que San
Martinico tenía en Sara. El molino era de roble y no aguantaba mucho mientras
que el de Basajaun duraba mucho más así que el joven sagaz mandó anunciar que
su molino funcionaba perfectamente a lo que el Basajaun dijo “Eso quiere decir
que le ha puesto un eje de aliso” a lo que el pregonero respondió “aún no, pero
se lo pondrá” y así los hombres pudieron usar molinos por todo el mundo.
Debemos de agradecer a este ser los mencionados adelantos y también que siga cuidando tan bien a nuestros rebaños.
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