Entre los pueblos de Garayoa y Abaurrea Baja, en el límite de ambos
territorios vecinales y a pie de la carretera NA140, en una curva, encontramos
una roca de aspecto muy peculiar.
Es muy vertical y recuerda a aquellos Menhires de tiempos prehistóricos, también es muy delgada o fina y parece que empujándola un poco podría caerse.
Es muy vertical y recuerda a aquellos Menhires de tiempos prehistóricos, también es muy delgada o fina y parece que empujándola un poco podría caerse.
En el siglo pasado, una de las disputas entre ambos pueblos se debía a
que los dos reclamaban esta zona como propia. Ganaron los de Garayoa y en
Abaurrepea esto no sentó muy bien.
Cierto día corrieron la voz por el valle de
que “Los de Abaurrea Baja derribarían la piedra a huevazos” y así lo
intentaron: salieron un gran número de vecinos cargados con todos los huevos
que pudieron recoger, llegaron a la piedra y los lanzaron en una verdadera explosión
de surrealismo al más puro estilo Daliniano. Pensamos que aquello no lo hicieron
con ánimo real de tirarla sino cómo una protesta hacia lo ocurrido, no
obstante, hay quien recuerda cómo alguno advertía “ya le queda poco para caer…
esta sangrando” al ver las yemas naranjas resbalar por la roca.
Desde este suceso a esa roca tan rara de la curva se la conoce cómo
LA PEÑA DE LOS HUEVOS.
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