Para hacer mermelada de mora lo primero que necesitamos es un buen
puñado de moras, podemos comprarlas o recolectarlas nosotros mismos de las Zarzamoras, lo que sin duda es mucho más divertido.
Podemos cogerlas de una en una o llevar con nosotros unas pequeñas
tijeras y cortar el rácimo para separarlo más adelante. Sea como sea, una vez
en casa y con todos los arañazos de los zarzales, veremos lo recolectado y si
pensamos que es suficiente, procederemos a hacer la mermelada, si vemos que no -seguiremos cogiendo más moras en adelante- lo mejor será congelar las que ya
tengamos, esto nos da un par de semanas de maniobra.
Ya tengo suficientes moras, ¿ahora qué?
Pesamos las moras y dividimos por dos, esta será la cantidad de azúcar a
añadir, si lo queremos más dulce para convertirlo en jalea de repostería (ideal
para decorar o rellenar pasteles) le añadiremos el doble o triple de azúcar.
Dejaremos un par de horas a las moras con el azúcar para que vayan soltando
agua y las verteremos en un cazo que previamente hemos colocado en el fuego.
Removeremos con una cuchara hasta deshacerlas, si en el proceso vemos
que queda muy densa la mezcla añadiremos agua y azúcar indistintamente, también
podemos añadir, llegados a este punto, un chorrito de limón o algún licor.
En
una hora, sin dejar de remover, tendremos lista nuestra mermelada, si no nos
gustan los tropiezos podemos pasarla por el pasapurés, con o sin ellos, es una
mermelada estupenda y energética para las tostadas de la mañana, para acompañar
un queso fuerte, decorar flanes…Muy rica en hierro y en vitaminas, ideal para combatir y prevenir la anemia.
Es muy importante cocer al baño maría los botes cerrados antes y
después de embotar la mermelada.
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