Circunstancias
personales me hacían estar saliendo de una baja. El momento no era precisamente
bueno y además de las constantes visitas al médico se sumaba el hecho de estar
en un lugar en el que no quería estar sin hacer nada de provecho.
¿dónde
quería estar?
En
Abaurrea Alta, un pequeño pueblo en el valle de Aezkoa. Pirineo Navarro.
Los
que estáis dónde queréis estar quizás no entendáis el sentimiento, es cómo
cuando Heidi se sube al campanario para ver las montañas. - En uno de los
episodios más dramáticos- Dan ganas de tirar al organillero y al señor imbécil
campanario abajo. ¿Qué podía hacer yo?
Llevo
usando (o mal-usando) internet algo más de la mitad de mi vida. En ese tiempo
muchas veces había tecleado Abaurrea Alta y Aezkoa en los buscadores que iban
saliendo.
Mucho
ha llovido desde entonces: Crearon la página web de nuestro valle, Mariato empezó a compartir sus vídeos, más tarde se extendió el uso del GPS, los
senderistas colgaron sus rutas y paseos, los establecimientos sus páginas
web... La gente empezó a conectarse por sus teléfonos móviles, a usar redes
sociales y... bueno, el resto de la historia ya os la sabéis.
Desde
fuera me ha dado la sensación que falta una cohesión (quizás también
coherencia) a la hora de promocionar nuestro valle. Cada uno vende la moto a su
manera o cada uno vende sólo su propia moto. Mi idea con este blog era hacer un
concesionario de bicicletas.
Me
puse manos a la obra y descubrí que, buscando información sobre Abaurrea una
parte de mi planeaba desde el campanario y llegaba, pasando por Erro y
Mezkiritz, hasta los Alpes.
Vale,
era una buena forma de pasar la morriña pero con eso no se llena un blog. Para
llenar un blog (o bitácora) hace falta contenido, actitud y enfoque pero sobre todo
constancia.
Hay
algún blog que sigo regularmente desde hace tiempo y como lectora espero
impaciente cada nuevo post, cuando revisar blogs se convierte en una costumbre
se agradece la periodicidad en las publicaciones, ¿cuál podía ser mi
periodicidad?. Abrí un cuaderno, escribí con un braimstorming todos los temas
que se me ocurrían para escribir sobre ellos, hice el recuento...
Tres
semanales me parecieron buen número, lo de los Lunes, Jueves y Sábados cayó a
voleo. Era algo ambicioso. Personas que llevan sus blogs comerciales se
escandalizaron ¿tres a la semana? ¡demasiado!. A mi no me pareció demasiado, no
son tres entradas semanales sobre actualidad
en el valle, lo chuli que es mi casa
rural o trucos caseros de belleza
para muxarras aezcoanas.
En mi cuaderno salían temas de muy distinto pelaje, si algo fallaba sólo podía ser porque me había aburrido la idea.
En mi cuaderno salían temas de muy distinto pelaje, si algo fallaba sólo podía ser porque me había aburrido la idea.
Ahora
que ha pasado un año me he demostrado a mí misma que, pese a estar
desentrenada, puedo tener constancia. Sólo dos días, creo recordar, no he
colgado una entrada a tiempo. Al acabar de escribir o maquetar la entrada ya
eran las 00:01 del día siguiente.
Cuando
tan sólo llevaba dos meses volví a la revisión del médico:
-Qué... ¿haces algo al cabo del día? (me preguntó con tono
amable)
-No demasiado, no.. (contesté escondiendo los pies bajo la
silla) bueno... he empezado un blog
-¿Sí? ¿Y lo actualizas con frecuencia?
-Tres veces por semana, cada día escribo sobre un tema
diferente que tiene que ver con mi pueblo.
Cambió de súbito su expresión y detecté cierta aprobación y
asombro.
Le escribí la dirección en un papelito y desconozco si me
lee con frecuencia porque ese mismo día acabó mi baja médica. Le mando saludos
y si nos vemos de nuevo espero que sea porque se haya acercado a estas tierras,
aquí no existen muchas de las palabras que ponía el parte médico.
Gracias a este blog he conocido a gente increíble vía
internet y me falta por coincidir en persona con muchos de vosotros, es algo
que nos queda pendiente. Sois muchos los que me habéis animado y cuento con los
dedos de una mano los que me han “desanimado”.
Me habéis revuelto las entrañas de muchas maneras, me habéis
hecho reír, llorar de alegría, preocuparme, me habéis hecho compañía y me
habéis dejado sola. A mi aire.
No os voy a dar las gracias. Si leéis cualquier entrada es
porque os interesa o tenéis mucho tiempo libre. No paso lista ni cobro por las
visitas, sois un numerito en las estadísticas. Me hace MUCHA ilusión pero no os
puedo agradecer que me haga ilusión ver las estadísticas.
Lo que sí os puedo agradecer es que -tanto si estáis en el
otro hemisferio cómo si estáis en el pueblo de al lado- os paséis por aquí a
echar una visita y saludar a los pirineos.
No quiero que agotéis los vales de recogida de productos
naturales, las existencias del bar o la ternera xanzelaina: Quiero que vengáis,
respiréis profundo y le digáis hola a la orografía.
Así de simple.
Tener un blog absorbe bastante, si hoy toca escribir sobre
el sarrio voy a estar, como mínimo un par de días leyendo sobre el sarrio o
pensando en lo que he leído sobre el sarrio. Si coincide que ese día me sacan
de paseo y conversación, tarde o temprano aparecerá el jodido sarrio con conjuntivitis despeñándose.
Mis amigos saben que los temas sobre los que escribo una
semana permanecen conmigo unos días. A ellos sí les doy las gracias aunque no
salen en las estadísticas. Gracias desde este blog que no leéis. Os contaré
esta semana que os di las gracias.
Voy a hacer un recuento de cosas de las que me voy acordando
viendo la lista de entradas...
En una semana de Mayo empecé la sección de Historia, escribí
sobre la Fábrica de Armas de Orbaiceta y sobre los Aezkoanos y su fuero. A la
hora de traducir lo que ponían los textos viejunos en lenguaje más coloquial me
entro la risa, no podía evitar pensar... ¡pobrecicos!
Fue una manera simpática de empezar la sección.
Con la cueva de Mauletxe me sorprendí mucho, recibió
muchísimas visitas en comparación a las anteriores y cuenta una historia que se
conoce en mi casa desde hace, al menos, cuatro generaciones pero no estaba
recogida en ningún sitio. Ahora ya queda en vuestras manos contarla cuando os
deis una vuelta por San Miguel.
Para escribir sobre La Importancia de la Casa pasé unos días
revolviendo estanterías. Años atrás leí un reportaje precioso sobre ello en la revista Mendixut, eran dos o tres páginas creo recordar. Estaba muy bien
escrito y quería decir eso mismo... No encontré el número de la revista en el
que salía pero escribí sobre ello. Cuando encuentre el número de la Mendixut la
ampliaré.
Enero fue un mes catastrófico, no es fácil verse obligado
por la propia voluntad a hacer una moción de condena, volvía a estar lejos y se
me amontonó el trabajo. Os pedí risoterapia desde la Aezkoa y la obtuve.
La entrada del día 22 de Enero me encantó escribirla, estaba
buscando inspiración cuando revisé el analytics, para escribir la descripción
de la entrada aprendí expresiones argentinas y para qué negarlo, he buscado en
la red que eran las cosas raras que busca la gente, continuando así un círculo
vicioso surrealista.
Las nevadas de este año también han sido interesantes,
quería escribir alguna relacionada con la nieve en Abaurrea que no fuera lo de
todos los años (mira cuanto nieva, mira cómo aguantan la nieve, mira cómo se
han quedado sin luz...) preparando una entrada de historia me tropecé con
Zumalakarregui atrapado por la nieve así que le reservé la entrada invernal sobre la nieve. Si queréis ver crónicas y fotografías de la nevada del
2014-2015 en este blog debéis esperar a que atravesemos una ola de calor.
¡159 entradas dan para mucho!
Pues nada, aquí os he contado un poco de mi. El año que viene más.
¡Hasta el jueves!
¡159 entradas dan para mucho!
Pues nada, aquí os he contado un poco de mi. El año que viene más.
¡Hasta el jueves!
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