jueves, 9 de abril de 2015

Misterios sin resolver (Parte II)




El arte gótico aprendió y aplicó con mejoras los elementos de cálculo en la arquitectura de la edad media. Construyó con sillares desde los cimientos logrando poner en pie obras descomunales en núcleos de población así cómo otras más sencillas, con menos elementos de cálculo, en regiones más aisladas. 

Aquellos hombres aplicaron la imaginación y la inventiva mezclada con la práctica y la herencia de la tradición para sobrevivir en su oficio y procurar que no se cayeran sus obras.

Cómo ya vimos, la Iglesia de San Pedro conserva elementos medievales en su interior y ha pasado por diferentes reformas. La última de ellas ha sido la remodelación de su cementerio de estelas discoidales -dónde puedes encontrar muchos de estos elementos- . 

Desconozco cuando se arrancó este contrafuerte ni porqué motivo, es otro misterio sin resolver.  Sí, el contrafuerte desapareció desde su base en algún momento. 

Me preocupa desde mi punto de vista totalmente ignorante en conceptos de arquitectura básica pero después de consultar algunas webs sobre construcciones me he echado las manos a la cabeza varias veces.   

Falta uno de los 4 contrafuertes exteriores del ábside en la cara norte, su parejo en la cara sur está correctamente integrado en la sacristía.

El ábside es el modulo principal de la iglesia por la cual se comenzaba generalmente la construcción del monumento. 

Los textos medievales establecieron la obligación de disponerla hacia oriente y se trataba de acabar su construcción cuanto antes para instalar el altar y comenzar a oficiar la misa incluso sin haber terminado el resto de la iglesia. Si bien el ábside no es exclusivo del arte gótico es durante este periodo dónde se realza cómo lugar más sagrado del templo y debe ser visible por la mayor cantidad de los fieles que se agrupasen en la nave.   

Si la planta es de una sola nave sólo le correspondía tener un ábside, si tenía forma de cruz latina, cómo el caso de la de San Pedro, podía tener de uno a tres debiendo ser el central el más destacado. Los constructores optaron por dotarla de un sólo espacio de este tipo. 

En el interior, las bóvedas gravitan sobre la alineación de los muros y se completa la estructura descargando su fuerza por medio de contrafuertes, columnas y pilares internos. 

El arquitecto debía prevenir las cargas y repartirlas meticulosamente, piedra por piedra. Calcular de manera exacta. La presión y el peso que han de sobrellevar los muros a causa del peso de las bóvedas además de mantener la rigidez de los mismos en su elevación vertical. 




Eran preferibles las bóvedas de piedra a las de madera para así eliminar los riesgos de incendio y mejoraba la resonancia de los cantos pero planteaban enormes problemas en la dinámica del edificio porque era necesario sujetar las tensiones de su peso y saber conducirlos desde las alturas hasta los cimientos. 

Los contrafuertes exteriores eran la lógica del contrarresto a las presiones diagonales que se ejerce sobre el muro porque el impacto de la bóveda nunca se concentra exactamente sobre el plano vertical, sino sobre el horizontal y diagonal, en cierta curva. 

Estos contrarrestos eran de más o menos espesor, piramidales, doblados... según el conocimiento y las necesidades de la obra. No eran el único método de contrapeso, las naves laterales colaboraban también en la recogida de las tensiones de la bóveda central.


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