A principios de esta primavera un pajarillo al que no tenía
fichado llamó mi atención. Se trataba de un Chochín común (Troglodytes
troglodytes) al que me costó bastante identificar, estaba posado en una rama
desnuda del cerezo y cantaba con una potencia asombrosa ¡parecía mentira que un
pájaro tan pequeño hiciese tanto TANTO ruido! Y es que su pequeño tamaño llamó
mi atención, para clasificarlo busqué en internet “pájaro pequeño” “pájaro
compacto” “pájaro comprimido”, porque esas eran las palabras que se me venían a
la cabeza al verlo posado con la cola levantada, de par de mañana y sin dejarme
dormir.
Coloquialmente y según la zona se les llama chochines,
saltaparedes, sotorreyes, matracas, matraquitas y cuchareros, su nombre en
euskera es txepetxa.
El nombre científico, Troglodytes, significa “cavernícola” y
se debe a que este pajarillo tiene la costumbre de pasar la noche, cazar o
hacerse el nido en las cavidades que encuentra.
Aunque me hubiese gustado tomarle esta foto, no es el caso. Esta foto es del usuario Le poidesans de Flickr |
El Chochín Troglodytes
Troglodytes es la única variedad de su familia (Troglodytes) que no procede
de América si no de la región Paleártica (Europa, Asía y norte de África), en
la península ibérica es bastante frecuente, en ella elige la mitad norte (subespecie
nominal) y las áreas montañosas del sur (subespecie Troglodytes kabylorum) para asentarse. En Galicia mismo es la
segunda especie más abundante.
Podemos verlo en medios forestales y húmedos, preferiblemente
bosques de árboles caducifolios y mixtos, también en el sotomonte arbustivo.
En invierno busca la compañía con sus congéneres y es
frecuente ver pequeñas bandadas de chochines.
Se alimenta únicamente de insectos (alimentación
estrictamente insectívora) y en su dieta encontramos tanto insectos adultos
como larvas, ciempiés, orugas y arañas.
Foto del chochín común, troglodytes troglodytes tomada de esta web. |
Tiene el pico pequeño, fino y puntiagudo y acostumbra a
mantener la cola erguida. Su plumaje es de color pardo jaspeado en algunas
zonas, con las alas y cola rayadas en un tono más oscuro que el principal y el
vientre y pecho clarea. Rodeando el ojo tiene una línea más oscura que se alarga
hacia la nuca, dando la sensación de que se haya perfilado el ojo, sobre esta
línea una pequeña franja más clara.
De carácter vivaz, es
uno de los pájaros más pequeños que podemos encontrar en Europa, pesando unos
10 gramos de peso y midiendo de 9 a 10 cms y medio de largo y de 13 a 17 cms de
envergadura alar.
El chochín es polígamo, esto es, el macho construye varios
nidos en lugares diferentes hacia donde atraerá a las diferentes hembras. Una
vez la hembra sucumba a los encantos del pajarillo ocupará el nido, que, a
simple vista, parece una bola y lo recubrirá de plumas.
El nido tiene forma redonda y está hecho con musgo, hojas y hierbas entre el
matorral o aprovechando las cavidades que le otorgan el nombre y tiene una
pequeña entrada lateral. Se sitúa a media altura, no muy alto.
Tras el apareamiento, que tiene lugar en primavera, pondrá de
3 a 9 huevos –siendo lo habitual de 5 a 8- de color blanquecino con pequeños
puntos pardos e incubará los huevos en solitario. Esto suele ocurrir hacia
finales de marzo, o periodos más fríos, mediados de abril.
Pareja de polluelos de chochín camuflados entre la hojarasca, foto tomada en Abaurrea Alta. |
Tras la eclosión de los huevos ambos progenitores
alimentarán a los polluelos, que se convertirán en volantones pasados unos
quince o diecisiete días, finalizando la crianza en abril (en los lugares
cálidos) o finales de junio - principios de julio (en los lugares más fríos,
como es el caso de Abaurrea Alta).
No siempre los chochines corren tan buena suerte, los nidos
que hacen muchas veces son ocupados por el cuco, quien arroja los huevos del
troglodytes y pone los suyos propios.
Durante la primavera y comienzos del verano fui testigo sin
querer de todo esto que te cuento, después de aquella mañana viendo a esa
bolita de plumas de cola erguida cantando fuertemente desde la rama del árbol
no tardé en verlo acompañado de su pareja, revoloteando entre la hiedra. Unas
semanas más tarde les veía en sucesivos vuelos hacia una zona pegada a la casa
y no parecía asustarse por mi presencia.
Una tarde me pegué un buen susto, pues había dejado la
puerta abierta y al bajar para coger algo en la despensa tres bultos salieron
volando del rellano. Cuando salí al jardín pude ver como una bandada de pájaros
(unos 8 individuos) se esparcían en direcciones diferentes; eran los dos
progenitores y las seis crías que estaban en pleno aprendizaje de vuelo.
¡Menuda sorpresa me llevé! Desde aquel día no les he vuelto a ver, supongo que
tendré que esperar hasta el invierno, cuando con las nieves escasea el alimento
y es más frecuente verlos.
Bolita de plumas durante una incursión en una casa de Abaurregaina |
Doy fe de su habilidad para camuflar el nido, ya que por mucho
que he buscado y mirado en la zona en la que sé que estaba (era la zona a la
que no paraban de volar con alimento en el pico) no he sido capaz, aún, de
encontrarlo.
Bueno, pues hasta aquí lo que he podido aprender sobre el
chochín común, txepetxa o troglodytes troglodytes “la bolita de plumas
ruidosa”.
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