Fotografía de Ernesto López Espelta |
Su planta es una nave única de dos tramos
cuadrangulares y un tercero que actúa como cabecera, junto a esta, una capilla
gótica en el lado del Evangelio a la que se le añadió la capilla barroca.
A los pies de la nave tenemos el coro, con sillería gótica del S.XVI cubierto, al igual que la capilla gótica, por una bóveda sexpartita, los otros tramos y la capilla barroca se cubren con bóvedas de crucería.
En el exterior tenemos muros de sillar
restaurado, la puerta principal inscrita entre dos contrafuertes rematados por
una hilera decorada con cinco pequeñas cabezas. La puerta, formada por tres
arquivoltas apuntadas sobre capiteles decorados con motivos vegetales de estilo
gótico sobre las cabezas.
La torre, dónde vimos que vivía el terrible Arrepagorri de Hiriberri, se levanta a los pies sobre el tramo del coro.
En el interior, el presbiterio está presidido
por un retablo mayor de principios del S.XVII dedicado al Salvador y a la
Asunción con multitud de motivos ornamentales y traza armónica, obra de Juan de
Gasteluzar y Ambrosio de Bengoetxea. Mientras que la talla de la Asunción y los
relieves son de gran calidad el resto de esculturas pueden ser consideradas
obras de taller. La policromía está muy cuidada y es de estilo
contrarreformista de hacia 1670.
En el lado del evangelio vemos dos retablos,
uno renacentista policromado del segundo tercio del SXVI de la Inmaculada
Concepción y otro barroco, de la primera mitad del S.XVII de San Francisco
Javier.
En el sotocoro, en un nicho, vemos la imagen gótica
del SXIV de Cristo Crucificado muerto.
En el lado de la Epístola hay un retablo
barroco dedicado a la Virgen del Rosario de 1630.
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