jueves, 8 de enero de 2015

Luciano Enkaje

Da la casualidad de que hoy es San Luciano y me he acordado de preparar una entrada de esas que cuestan escribir. Llevo renqueandola un par de meses y me decidí a publicarla hoy aprovechando que este año su santo y cumpleaños cae en jueves.

Luciano fue un hombre que se ganó por méritos propios tener una calle en nuestro pueblo. 




En 1995 el Gobierno de Navarra requirió al ayuntamiento "una serie de nombres de calles" y en sesión del pleno municipal del 13 de Octubre se decidió <denominar a las diferentes calles con los nombres de términos o parajes por los que las mismas trascurrían> Hubo una única excepción con la calle Luciano Encaje <cómo reconocimiento al enorme valor y categoría personal y humana demostradas a lo largo de su vida y concretamente en los trágicos momentos vividos en nuestro pueblo en los comienzos de la Guerra Civil Española al salvar con su actitud de firme oposición de una muerte segura por fusilamiento a aproximadamente 20 vecinos de este pueblo.

Se acordó dar su nombre a la calle que transcurre desde la parte trasera del ayuntamiento, pasando por la parte trasera de casa bastero y llegando hasta la casa vieja de Enecoiz. 

Nació tal día cómo hoy hará unos 128 años.

Tuvo una infancia feliz alternando la asistencia a la escuela pública del pueblo con juegos típicos de la época (la pelota, el aro, katx y tantos otros inventados por los propios críos), cómo era natural también ayudaba en las labores agrícolas y ganaderas de la casa. Ya adolescente aprendió de su padre el aprendió de su padre el oficio de bastero (esto es, fabricante de bastes, aperos para colocar la carga en la grupa de las caballerías) que lo ejerció de por vida.



Fue monaguillo, sacristán y excelente cantor, desde el coro de la iglesia cantaba los cantos gregorianos de un amplio libro sobre el facistol. Es designado cómo dueño troncal de la casa Bidondo y a los 25 años se casó con Modesta Iriarte, natural de casa Elizalde

Tienen 11 hijos y se mudan a casa Chorrota, que a partir de entonces se llamará Casa Bastero. Fue alcalde del pueblo y alojó en su casa a un cura con el que tenía opiniones enfrentadas, una noche llegaron al pueblo ocho coches requetés buscando a varios vecinos del pueblo que habían sido denunciados por diversas autoridades. Al llegar a casa Bastero Luciano se negó diciendo "no con mi consentimiento ni bajo mi firma". No encontraron a ninguno de los denunciados en sus casas puesto que ya habían sido avisados de los planes de aquellos requetés. 

También respondió al cura cuando oficiando su sermón dijo "en este pueblo hay mucho rojo", Luciano al escuchar eso se levantó en el coro y le contesto "en este pueblo sólo hay gente honrada y trabajadora". 

Tuvimos suerte de tenerlo cómo alcalde en aquellos días. 


Un baste

Si os interesa saber más sobre esta historia podéis consultar el libro de Pedazo de Historia de las Abaurreas o leer el asalto de los Maquis. Más aezkoanos célebres del S.XX. aquí. 
 
 


   

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