Y dicho esto.
El artículo sobre estelas del boletín de la cofradía de Roncesvalles (3º trimestre de 2018)
Este mes de noviembre millones de personas de todo el mundo
se han acercado hasta los cementerios para limpiar y engalanar nichos, lápidas,
panteones y mausoleos. Quizás algún
ávido observador haya detectado la presencia de un tipo de lápida muy especial
cuya forma recuerda al ojo de una cerradura…
…se trata de
la estela discoidea o la hilarri.
Son
monumentos funerarios cuyo uso se extendió durante la Edad Media (especialmente
en los S.XII-S.XIII en Navarra y a partir del S.XVI en el sur de Francia) y que
en el S.XX volvieron a vivir una época de esplendor en nuestra tierra gracias a
la dedicación de etnógrafos y arqueólogos que las investigaron, también de
artesanos que unieron su pericia trabajando la piedra al sentir profundo de una
comunidad que creía en la Estela Discoidea como elemento adecuado para
señalizar la cabecera de tumba que recuerde al ser querido.
Existen dos teorías sobre su curiosa forma (un disco apoyado
sobre en un pie que puede ser recto o ensanchado en su base); la primera es que
el pie se trate de un pedestal para apoyar la parte importante, el disco. El
círculo es símbolo de protección en todas las culturas del mundo por lo que el
cantero al darle esta forma daría poder a la materia prima, convirtiendo la
piedra es una especie de amuleto.
La segunda
teoría es que se trate de lápidas antropomorfas, esto es, que evoquen la
silueta de una persona y la forma circular sea cabeza y el pie (recto o
ensanchado) haga referencia al tronco del cuerpo humano. En esta segunda línea
se enmarca la idea de que el difunto debe verse reflejado en un elemento que
perdure en el tiempo, asegurarse la pervivencia en el mundo físico antes de
poder partir al más allá.
Las estelas
discoideas permiten un estudio desde muchos campos; la historia, la
espiritualidad, la religión, la técnica y el arte convergen en estos sencillos
monumentos de arte popular. Son ventanas
con las que descubrimos las modas y gustos que tenía la clase media, esa de
cuyas hazañas y rutinas no queda rastro en los libros de texto.
Originalmente
las estelas sólo presentan un motivo en su disco y es en Francia en dónde se
empieza a decorar el pie, normalmente con la fecha y nombre del difunto. En
Navarra es raro ver estelas con texto porque en la época en la que se
generalizó su uso la población no sabía leer y no tenía sentido escribir nada.
Mientras que
en la zona del Mediterráneo abundan los motivos heráldicos y los signos
parlantes (una ballesta para el apellido Ballesteros, una granada para el apellido
Granados, un sol para el apellido Soler… etc)
en las estelas Navarras son frecuentes las decoraciones mediante formas
geométricas o símbolos solares (estrellas, soles, medias lunas..) y
herramientas u objetos que identifican el oficio del difunto (tenazas,
herraduras, martillos, escuadras, tijeras..), unas pocas presentan figuras
humanas que interpretamos como una representación del difunto ejerciendo su
trabajo.
Estas decoraciones se ven relegadas a partir del S.XVI por símbolos religiosos estandarizados en el concilio de Trento (Las 3 cruces de calvario, anagramas de IHS / MA, cruces latinas apoyadas sobre diversas formas…)
También su
función cambia a lo largo del tiempo y la geografía; mientras que en Soria y
Cataluña se han encontrado en excavaciones arqueológicas delimitando el terreno
sagrado, en Navarra y Burgos los hallazgos in situ se correspondían con la
cabecera de tumba.
Llama la
atención la ausencia de iconografía macabra en las estelas medievales; cuando
en Europa proliferan las llamadas Danzas
de La Muerte, cadáveres y esqueletos se multiplican en lienzos, grabados,
composiciones sonoras y literarias para publicitar y recordar que la muerte nos
llega a todos por igual, esperaríamos ver esto reflejado en las lápidas, pero
no, en las estelas discoideas aparece un mensaje muy distinto y antagónico,
optimista y hermoso, que evoca a la vida: flores, soles, estrellas…
Lo lógico
sería encontrar estelas discoideas en cementerios y museos, también en campos y
caminos señalando el lugar de una muerte repentina o violenta, pero lo cierto
es que podemos encontrarlas empedradas en todo tipo de construcciones y
descontextualizadas -en el mejor de los casos conservando su función decorativa
pero convertidas en maceteros o elementos de jardín- ya que han sido
reutilizadas sistemáticamente en otras épocas en las que no se tenía concepto
alguno sobre el patrimonio.
En las fotos, diferentes estelas de variada cronología que puedes visitar en el Museo de Estelas de Abaurrea Alta - Abaurregainako Hilarriak. Son sencillamente preciosas y no verás dos iguales. |
Ahora, las
estelas discoideas están protegidas por la ley de Patrimonio y existe una
comunidad de arqueólogos, conservadores, museólogos, etnógrafos y aficionados
al arte dispuestos a devolverles su categoría de monumento.
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