domingo, 5 de abril de 2020

ECOSISTEMA Y PAISAJE DEL HAYEDO 3/3

Acabamos con el texto sobre el Hayedo que puedes leer en el libro Navarra, guía ecológica y paisajística, editado por la ya desaparecida Caja de Ahorros de Navarra y escrita por varios autores. 

Aquí tienes la primera parte de ECOSISTEMA Y PAISAJE DEL HAYEDO
Aquí tienes la segunda parte de ECOSISTEMA Y PAISAJE DEL HAYEDO

y vamos con la de hoy. ¿Recuerdas que habíamos visto que había tres modalidades fundamentales de hayedos: de suelo ácido, de suelo neutro y hayedos submediterráneos? Bueno, el tipo de suelo ácido lo vimos ya en la segunda parte y ahora continuamos con los otros dos. 




Hayedos neutros fértiles.

Cuando nos elevamos en altitud hacia las estribaciones pirenaicas o hacia los montes de Navarra media, hallamos sobre el sustrato calcáreo, un hayedo de suelo fértil (tierra parda) con PH cercano a la neutralidad a pesar del clima brumoso. Tales hayedos salpican el piso montano pirenaico, entre 800 y 1.600m.

Su riqueza florística ha permitido definir numerosas variantes de la asociación Scillo-Fagetum. Mencionamos algunas de sus especies más comunes.

Abies alba (al este del Irati), Scilla lilio-hyacinthus, Saxifraga hirsuta, Isopyrum thalictroides, Anemone nemorosa, Pulmonaria affinis, Veronica montana, Dentaria pinata, Corydalis cava, Crepis lampsanoides, Euphobia hiberna, Stellaria nemorum, Polystichum aculeatum, Dryopteris filix-mas, Phyllitis scolopedrium, Gymnocarpium linneanum, Dryopteris carthusiana, Polypodum vulgare (epífito), Epilobium montanum, Allium ursinum, Galium odoratum, Meconopsis cambrica, Phyteuma pyrenaicum, Sanicula europea, Paris quiadrifolia, Polygonatum verticillatum, Lathraea clandestina, Conopodium bourgaei, Circaea luteniana, Cardamine flexuosa, Festuca gigantea, Hordelymus europeaus, Melica uniflora, Poa nemoralis, Milium effusum, Valeriana pirenaica, Convallaria majalis (“lirio de los valles”), boj, acebos, musgos y líquenes.

He aquí algunas localidades navarras donde han sido estudiados: Limitaciones de Améscoas, Aralar, Monte Trinidad de Erga, Montes Uso, Ilerriozocoa, Adaun, Luiaundi, Sorogain (Espinal), Burguete, Selva de Irati, Uztárroz e Isaba (Roncal).

Hayedos submediterráneos.

Al sur de una línea que desde el Aitzgorri, pase por Aralar, Ulzama, Velate, Quinto Real hasta Roncesvalles, se extiende una banda bioclimática en la que, si ya no llegan tan directamente las brumas cantábricas, si existen penetraciones mediterráneas que siguen los valles fluviales.

En esta zona de transición, el hayedo se va asilando en las umbrías de los montes calizos (600-1.300 m. de altitud) y roza los robledales de hoja marcescente (Quercus pubescens, Q. petraea), los carrascales y los pinares.

Ya no se encuentran muchas especies de la modalidad del suelo fértil y su cortejo florístico tiene un matiz submediterráneo. Conocidos con el nombre de Helleboro-Fagetum, estos bosques pueden seguirse por toda la vertiente meridional pirenaica.

En parte de ellos abunda el boj, pero las especies que mejor los definen son: Euphorbia amygdaloides, Cephalanthera rubram, C. pallens, Helleborus foetidus, Primula veris, Lathyrus niger, Rubia peregrina, Rosa arvensis, Helleborus viridis ssp. Occidentalis, Carex brevicollis (Urbasa), Neottia nidus-avis, Ajuga reptans, Veronica chamaedrys, Hepatica nobilis, Ranunculus nemorosus, Poa nemoralis, Oxalis acetosella.. etc.

Estas selvas, asociadas a tierras pardo calizas o suelos pardo-calizos han sido estudiadas en Lizarrusti (Echarri-Aranaz), Montes Trinidad de Erga, S. Bartolomé, San Gregorio, Arromendi, Aliseto, Larregui, Celaiandi y Puno, más Burguete. Además, a esta modalidad pertenecen sin duda los hayedos de los valles medios de Roncal y Salazar, así como los de la Navarra media oriental.

Debemos destacar que entre las tres comunidades mencionadas existen siempre gradaciones y es normal encontrar pequeñas manchas en mosaico de una u otra asociación, según la profundidad del suelo, pendiente, acumulación de agua y nutrientes, viento, etc.



Nuestra bella frondosa entra también en otras comunidades periféricas, tales como el bosque mixto en pie de cantil, donde la caída de piedras y bloques, recubre un suelo profundo. Tanto en estos escarpados como en los desfiladeros fluviales encontramos:
Fagus sylvatica, Abies alba, Fraxinus excelsior, Acer opalus, A. campestris, Tilia Platyphyllos, Quercus petraea, Sorbus aria, Taxus bacatta, Pinus silvestris, Corylus avellana, Populus trenula, Ulmus glabra, Betula pendula (escaso); Rhammus alpina, Colutea arborescens, Arbutus unedo, Rosa sempervirens, Buxus sempervirens, Coronilla emerus, saúcos, acebo y muchas otras especies de pedriza y cantil.

Sin duda alguna, esta es la comunidad más rica en especies leñosas de todo el Reino de Navarra.

Dinámica de los hayedos

Explotación y conservación.

Aunque Navarra cuenta con los mejores hayedos peninsulares, justo es decir que la mayoría de ellos han sido profundamente alterados. Para empezar, muchos pastizales y praderas se instalaron en tierra de haya, previa tala del árbol.

Además, muchos hayedos se pastaron en la montanera por rebaños de cerdos y más recientemente se ha impuesto una explotación forestal poco cuidadosa con la erosión. En la mitad oriental de Navarra las cortas a matarrasa o en bandas han favorecido al pino albar (Pinus silvestris), el cual ocupa grandes áreas donde antes florecían el haya: muchas veces con ello contribuye a una desecación climática poco deseable.

Pasa un uso racional de los hayedos, debe evitarse la acidificación del suelo, proceso paralelo a su empobrecimiento. Gran parte de los hayedos de cuesta situados en el límite del área (límite que cruza Navarra, como se acaba de decir) sólo deberían explotarse por entresaca y la madera evacuarse mediante cables.

Asimismo, muchos de los que ocupan pendiente fuerte o colonizan pedrizas deberían conservarse como bosque protector y condensador de humedad.

Es necesario mantener intactas pequeñas áreas de nuestros variados hayedos, muestra de selvas muy estables cuyo estudio siempre será ilustrativo desde un punto de vista didáctico, a la vez que desvelará muchos interrogantes ecológicos y técnicos.



Usos forestales y ganaderos

La madera de haya es apreciada en ebanistería y para entarimados (Gradilla 1913*) la recomienda para obras sumergidas, dada su resistencia a la pudrición. Durante mucho tiempo se utilizó en gran escala para obtener pasta de celulosa, pero hoy prevalece el abedul o el Eucalyptus.

Sus leñas son de gran poder calorífico y sirvieron de combustible en calefacción y destilación; ejemplo de esto último fue la fábrica de alcohol “El Irati” en Roncal. También su carbón es bueno.

En el contexto ganadero, es común observar en Navarra montes de haya pastoreados por ovejas, vacas y caballos; muchas veces sólo quedan algunas hayas venerables que dan sombra y abrigo a los animales y atestiguan la vocación forestal del terreno. Se trata de unos pastos muy productivos, a los que se ha llegado por vía de una utilización milenaria muy intensa. Cuando se abandonan, tienden generalmente hacia el helecho-brezal y entonces la regeneración del árbol es muy difícil.

En los altos valles de Salazar y Roncal se han roturado parcelas en el seno de hayedos para establecer cultivos de patata de siembra o praderas temporales; por toda Navarra oriental, el abandono de estas superficies ganaderas o agrícolas ya no permite la recuperación de nuestra frondosa, porque en su lugar aparecen los bosquetes espontáneos del citado pino albar. El rápido crecimiento de esta conífera se explica por la fertilidad que acumularon las hayas y el ganado.

Este proceso de sustitución es claro en las solanas, ya que el pino es árbol heliófilo**, mientras que en umbrías puede quedar el haya como segundona del pino, esperando su hora.

Ya dijimos que en el contacto del hayedo con el robledal se hicieron plantaciones de castaño. Más recientemente se han introducido dos coníferas exóticas; el abeto rojo de los Alpes (Picea abies), plantado por ejemplo en Leiza, y el alerce de Japón (Larix kaemferi), del que pueden verse repoblaciones en Basaburúa Mayor, Ulzama y Belagua.

Como monte bajo, los hayedos se explotaban a turnos de 8 a 30 años y como monte alto entre 80 y 120 años; en este último caso debemos insistir en la conveniencia de la entresaca, evitando los grandes rodales a matarrasa** que no se adaptan a nuestro relieve.


Otros usos

Cada vez se generaliza más el uso del hayedo para fines turísticos y recreativos. Resulta muy atractivo caminar sobre su mullida hojarasca, disfrutar de la frescura de su ambiente y de su luz difusa, practicar la caza del jabalí o del corzo, observar acaso alguna huella del oso pardo, ver como se integra al suelo un tronco viejo abatido y sentir la fuerza de la primavera o la nostalgia otoñal al ritmo de las hojas verditiernas u ocres.

El hayedo es para las aves un biotopo poco atrayente, en especial en invierno. Seis especies pueden ser las más representativas: cárabo, pito negro, pico dorsiblanco, carbonero palustre, agateador porteño y halcón abejero. Dos reptiles pueden considerarse habitantes de este biotopo: la lagartija de turbera y el lución o culebra de cristal. Y en cuanto a los micromamíferos, son característicos o frecuentes del hayedo la musaraña colicuadrada y la enana, así como el topillo rojo y el lirón gris, y es posible encontrar el ratón de campo, el topo común, el musgaño patiblanco, la ratilla agreste y la ardilla común.

Hay que distinguir los hayedos atlánticos y los hayedos-abetales. En los primeros son característicos: visón, turón, corzo y ciervo, fuina, jabalí, liebre pirenaica y gato montés, siempre en densidad baja. Los segundos son el refugio del oso y hábitat de martas, corzos, ciervos y jabalíes, además del sarrio, armiño y marta en los bosques de alta montaña.

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Aquí tienes un video del hayedo en la Selva de Irati por Iosu @Xuringoa

*Bibliografía de esta parte:

Gradilla, A.F (1913) Apuntes para la Corografía botánica Vasco-Navarra. Ed Alberto Martín. Barcelona

**Glosario de esta parte

Heliófilo: Que requiere sol directo para su desarrollo.

Matarrasa: Tipo de corta continua de regeneración en monte bajo que consiste en la extracción total y en una vez de todos los pies que forman el rodal.

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