Hola, esta semana ha sido noticia la recuperación
de 6 estelas para el patrimonio nacional y desde el Museo de Estelas de
Abaurrea Alta – Abaurregainako Hilarriak, quería contarte lo que en este tiempo he averiguado
respecto al tráfico ilegal de estelas discoidales.
Particularmente, vivo en un mundo de piruletas,
creo en la bondad y en el sentido común del ser humano y aunque conozco miles
de casos de estelas reutilizadas, veo que esto es propio de principios del S.XX
y algo inconcebible en el S.XXI.
Durante las Jornadas HilarriCon los ponentes me
pusieron los pies en el suelo.
Jon Etcheberry, además de mostrarnos como han
detectado tres escuelas de cantería diferenciadas que fabricaban estelas
discoidales en Iparralde, nos desveló por qué desde la asociación Lauburu no
hacen pública la situación de una pieza inventariada. Es algo que me llamaba la
atención pues ni siquiera en el centro de exposición que tienen en Larzabale
ponían la localidad concreta de origen y lo expresaban de una manera más
amplia.
¿Quieres saber lo que nos contó? Pues que hace 45
años descubrieron que “La Tombe Basque” de L.Colás había servido, no sólo para
inspirar a investigadores y artesanos (José Miguel de Barandiarán, Pierre Ucla,
José Rota y tantos otros), también había servido de “catálogo de robo”.
Esto de
que haya gente utilizando la investigación altruista para fines delictivos es
un rollo.
Pienso en los etnógrafos, investigadores de
seguridad informática.. etc que no pueden publicar sus trabajos y ponerlos a
disposición del público porque son conscientes de que algún desalmado puede
utilizar esa información para mal.
Es una pena no poder mostrar el plano de una
casa típica de Ayechu porque entre el millón de personas que pueden verla, un
imbécil podría utilizarla para planear un robo.. y lo mismo con los muebles, útiles
de labranza o cosas maravillosas de mucho interés cultural que la gente puede tener
en sus casas a día de hoy. Hay que hacer como la asociación Lauburu y “anonimizar
los datos” para evitar eso mismo, lo cual es un engorro para la investigación,
pues has de contactar con el autor del artículo y pedirle que te ponga en contacto con la persona que guarda eso que te sirve en tu investigación.
Pedro Zarrabeitia Miñaur, en su libro de estelas discoidales de Euskal Herria recorrió el territorio para buscar las estelas de “La Tombe Basque” y
de “Estelas Discoideas de la Península Ibérica” de Eugeniusz Frankowski. Decía que un gran porcentaje de estas habían desaparecido, no recuerdo el exactamente
el porcentaje.. pero aterraba la cifra.
Sabiendo esto, yo seguía viviendo en mi mundo
de piruletas.. “que si, que han desaparecido.. pero seguro que desaparecieron a
principios o mediados del S.XX… cuando había menos conciencia y todo eso…”
Pero luego tocó dar paso al resto de ponentes..
que vinieron de Cataluña, Burgos, Soria, Navarra… y fue impresionante. Pasaban
diapositivas con diferentes estelas y de pronto decían “esta ha desaparecido”.
Luego otra tanda de más diapositivas y de pronto “esta también ha desaparecido”.
Esas fotos no eran del S.XX, eran fotos de los últimos 10 años. Algunas, incluso,
de aquel mismo 2018 en el que celebramos las jornadas HilarriCon.
Se habló de cómo se recoge la protección de
estas piezas según las leyes de patrimonio autonómicas, estatales y europeas y
la conclusión fue que pese a que son piezas protegidas por la ley, la ley no se
aplica, no se cumple, porque faltan medios o falta interés.
Y yo, pese a todo aquello, volví a mi mundo de
piruletas pero algo más preocupada por las estelas aezkoanas, metiéndome prisa
para que el inventario que había hecho a título personal se publicase en las
actas de las jornadas y avisando a los diferentes ayuntamientos de lo que había
aprendido de los colegas.
Ví lágrimas de rabia en los ojos de otro de los ponentes pasando sus diapositivas “esta ha desaparecido” “esta estaba aquí reutilizada pero derribaron la torre y ya no sabemos dónde está”
Uno contaba que cuando encuentra una estela que
corre peligro de ser robada la investiga y avisa al municipio para que tomen
medidas y si este no la pone a salvo ni se da por enterado, la roba él mismo, entonces se da el parte de desaparición, el municipio se
agobia por haberle visto las orejas al lobo y antes de que pase a mayores se la devuelve con el trabajo de inventariado hecho.
Esto es muy drástico pero a ese punto llega la
desesperación de la gente que tiene apego e interés en el patrimonio y ve como
nadie toma medidas para protegerlo. Me impresionó mucho, pues es jugarse el
pellejo cometiendo un delito para que se tomen las medidas oportunas. Radical.
Fermín Leizaola (que no asistió a las jornadas
pero vino al Museo y pude charlar con él) me contaba el caso de una estela en
concreto que había localizado y el momento terrible en el que, para enseñársela con
ilusión a su por entonces novia (hoy esposa), llegó al lugar y… no estaba... terrible eso de querer compartir tu afición con alguien tan especial y llevarte el disgusto. Menuda rabia y menuda indignación.
El último debate sobre esto lo tuve el año
pasado con los amigos, a raíz de querer defender que somos un museo
y actuamos como tal, el tema derivó de la siguiente forma: ellos me decían que como
museo debemos servir para la salvaguarda de piezas navarras que se encuentren en peligro, y a mí, que me sale
siempre apostar por el ser humano y su concienciación social, decía que nooo, que la gente no se lleva una
estela que se encuentra en un camino, en un bosque o en un cementerio, nuestro
museo de estelas no sirve para eso porque no hace falta. Vista que la discusión iría a mayores me dijeron “tía, pues haz una encuesta y pregunta, aprovecha que tienes redes
sociales y que te sigue tanta gente”. Así lo hice, pero desde la cuenta del
museo en donde me sigue gente que ya está concienciada con el patrimonio (¿qué otra gente puede seguir a un museo en twitter?); la idea era que saliese bien y darles en los morros con las
respuestas… pero no.
¿En serio? En pleno S.XXI, conocedores ya de la
ley de patrimonio, del interés de las piezas… ¿Hay gente que sigue al museo de
estelas en twitter y decidiría “llevársela pa casa”?
Me toco bajar la cabeza y decir eso de “cachís!
tenéis razón”. El resultado muestra que hay gente mala y hay gente imbécil..
aunque creo que en realidad es gente que actúa de buena fé por
desconocimiento.. y ese desconocimiento viene porque las autoridades no actúan
para visibilizar el problema. Mis seguidores son buena gente, lo tengo
clarísimo.
Así que.. IMAGÍNATE mi alegría cuando me ha
llovido la noticia, una decena de personas que no se dedican a la investigación
pasándome la noticia, acordándose de nuestro museo y alegrándose de que se
recupere el patrimonio. Imagínate mi alegría al pensar en los colegas
investigadores y en los amigos de la HilarriCon que POR FIN ven que se hace
algo con lo que llevan décadas denunciando.
Si alguien no se ha dado por aludido después de la repercusión a nivel nacional que ha tenido esta operación... ¡¡más de 400 medios la han publicado!! |
Me flipa y siento una profunda gratitud
y admiración hacia esos del UCOMA de Bizkaia que buscando una reproducción
sustraída se tropezaron con estelas a la venta en internet (supongo que en la
deepweb) y decidieron actuar por iniciativa propia recuperando originales más valiosas* que la que andaban buscando desde 2016... y no sólo actuaron, ¡se han
encargado en difundir la noticia para concienciar al máximo de personas posible
de que sustraer y comerciar con estelas discoideas es un delito! Es el primer
precedente que encuentro de una operación de este tipo, centrada en hilarris. Las
estelas discoideas son vistas como “el patrimonio pobre” por ser arte popular y
no arte culto. Seguro que esta operación sirve como ejemplo de buena praxis e inspira a otras comunidades a seguir su ejemplo.
Se ha recuperado un trocito de la historia de Soria,
Burgos, Guadalajara y País Vasco colocándose en mejores manos y a disposición
del público. En cuanto volvamos a la rutina contactaré con San Telmo para
enseñaros las estelas y ver si, entre todos, encontramos su origen para que la
trazabilidad no se pierda.
¡Sé Feliz!
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*más valiosas posiblemente si hablamos de "el objeto en sí mismo", tenga más valor económico la reproducción de la estela de Aguiñeta, por ser estéticamente muy bonita y ser de sobra conocida y representativa de la necrópolis. Pero si hablamos de valor cultural, obviamente tienen más valor las estelas originales, por muy feas o simples que sean, más aún si no se encuentran inventariadas, pues su mero hallazgo arroja gran información para la comunidad científica y académica.
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